Políticas

1/6/2017

Caso Ávalos: maniobras de la burocracia de la UOCRA para resguardar a su patota

Continúa el segundo juicio por el crimen del compañero de la Construcción.

Apel


Desde hace 3 días se realiza el segundo juicio oral y público por el asesinato de Darío Avalos en el Tribunal Oral N°2 de Lomas de Zamora. En el banquillo de los acusados se encuentran dos de los tiradores y Héctor Cabrera, que al momento del asesinato era el secretario adjunto de la UOCRA de Lomas de Zamora. Cabrera, acreditan los testimonios, estuvo en el lugar y fue el encargado de dirigir a la patota, replicando la orden del ex secretario general de la seccional Walter Leguizamón ––hoy prófugo– de que “mataran a todos a estos sucios”.


 


El año pasado, en el mes de junio, un jurado popular condenó a seis de los patoteros de la UOCRA por homicidio agravado y homicidio en riña. Eso hizo que la burocracia de Gerardo “Batallón 601” Martínez levantara la guardia y redoblara el encubrimiento de sus matones y, especialmente, de sus directivos.


 


Ocurre que en aquel primer juicio, Marcial Domínguez, quien trabajaba haciendo la limpieza en el sindicato de la UOCRA de Lomas de Zamora, declaró que dos días antes del crimen de Ávalos habían guardado armas en el sindicato y que personal de seguridad le dijo que a la madrugada habían venido a sacarlas. Que ese día, sabiendo que había problemas en la obra de Fiorito, por la mañana varios autos en caravana salieron del sindicato.


 


Sin embargo, ahora, Domínguez dijo que se acordaba de poco, que nadie hablaba con él, que había visto armas meses atrás pero no ese día ni tampoco días anteriores, que no sabía quién había entrado ni salido del lugar, etc. Domínguez dijo también que se había jubilado, pero confesó que todos los meses recibía un sueldo de la UOCRA Central y que el interventor de la seccional Lomas de Zamora, de apellido Rizo, había “arreglado” su retiro.


 


El objetivo de esta maniobra es evitar que una condena a Cabrera arrastre finalmente al prófugo –y cercado– Walter Leguizamón y, finalmente, que alcance al directorio nacional del sindicato, que encabeza Martínez, por su complicidad.


 


Avalos era obrero de la construcción. Fue asesinado por una patota de la Uocra de Lomas de Zamora mientras participaba de un reclamo por puestos de trabajo frente a una obra de la constructora Esuco S.A. Los agresores emboscaron a Ávalos y sus compañeros con armas de fuego, cuchillos, varillas de metal y piedras. Parte de los atacantes los aguardaron desde la madrugada dentro de la obra y otro grupo llegó “en caravana” desde la sede del sindicato. Todo ocurrió bajo la mirada de efectivos de la policía bonaerense, que cubrieron la huida de la patota.