Políticas

22/3/1991|325

Cassia, querido, la Shell está contigo

Y Perez Companc, Astra, Esso, etc.

Los representantes de los pulpos petroleros dejaron de lado el “melón helado y bañado con crema” que estaban saboreando, se pusieron de pie y con “una ovación” rubricaron las palabras de Antonio Cassia, dirigente del SUPE y presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados. Así lo informa el diario La Nación (13/3). Ocurre que el “compañero” Cassia, acababa de defender en el Club del Petróleo, a los postres del almuerzo servido por la Esso, Astra, Shell y Perez Companc, la entrega de las áreas centrales de YPF así como el derecho de estos dos últimos a quedarse con el área de Puesto Hernández —una licitación que Cavallo tuvo que anular, esgrimiendo como razón la baja cotización ofrecida. Cassia calificó a la anulación como “un antecedente muy peligroso” y alertó sobre la en las próximas licitaciones.

Tenemos aquí radiografiada la profunda alianza de la burocracia del SUPE con los pulpos petroleros en el “descuartizamiento” de YPF. La entrega de las áreas centrales y secundarias equivale a la transformación de YPF en un aparato administrativo. A partir de aquí vendría la liquidación de la flota y parte por lo menos de las refinerías y distribución. Se ha regalado sencillamente una renta de cuatro mil millones de dólares.

La burocracia del SUPE dio el paso audaz de ir al Club del Petróleo a defender a los pulpos debido a la crisis en que entró. La entrega de las áreas ha provocado una crisis política como consecuencia de que los pulpos han ofrecido por ellas menos de 400 millones de dólares, apenas un 10% del costo de las inversiones que han permitido operar a tos 3.000 pozos en cuestión, o (medido de otro modo) el equivalente a dos años de beneficios. El gobierno, entre tanto, estaba convencido que  recibiría como mínimo unos 1.000 millones de dólares, tal como Cavallo tos computó en el Presupuesto Nacional. La burocracia del SUPE fue al Club del Petróleo a respaldar el negociado y a impedir que la crisis resultante pueda abrir una posibilidad de enfrentar al conjunto del plan petrolero de las multinacionales y los “capitanes de la industria” asociados a ellas.

Cavallo decidió ahora convocar a un nuevo concurso con la expectativa de que se mejore el valor de la oferta y de que se salve la política petrolera. Cavallo está presionado por tos bancos internacionales, que reclaman el dinero de las licitaciones.

La intervención de Cassia plantea, sin embargo, una crisis en el SUPE, donde la burocracia ha estado proclamando su defensa de YPF y su oposición al interventor José Estenssoro. Hay que reclamar que Ibáñez y el Consejo Directivo del SUPE renuncien y que se convoque a un Congreso de delegados elegidos por la base.