En una entrevista radial el ministro de Trabajo de la provincia, Ariel Luna, justificó el incremento de 35% en una cuota del sueldo del gobernador y sus funcionarios, lo que significa en algunos casos montos que superan los  50 mil pesos. Dijo el ministro, que le parece poco lo que cobra –el gobernador– en razón de sus responsabilidades. Asimismo, justificó la propuesta salarial, en el caso de los docentes del 34,6% en tres cuotas, porque es lo único que puede ofrecer el gobierno.

Veamos lo siguiente, el gobernador, sus ministros y secretarios (también los legisladores), necesitan para vivir el equivalente a 5 canastas familiares, mientras que los trabajadores estatales (provinciales y municipales) incluidos los docentes, en promedio no llegan ni a una canasta básica, están dentro de la línea de pobreza.

El ministro Luna se preocupa por cumplir la constitución provincial en lo que respecta al sueldo del gobernador, pero no tiene la misma preocupación en cumplir con el sueldo de los trabajadores que también tiene asidero constitucional, pues el sueldo de los trabajadores catamarqueños en promedio representa 30 mil pesos y en el interior con suerte supera los 20 mil, recordemos que la canasta familiar es de $ 56.459, lo que quiere decir que la mayoría no cubre sus necesidades básicas.

El gobernador Jalil sigue fielmente la política de los Fernández, bajo la batuta del FMI, imponiendo techos en los incrementos salariales que oscilan entre el 32% y el 35%, en cuotas, cuando la inflación en el primer trimestre del año llegó al 12%, lo que prevé que en lo que resta del año trepará al 50%.

En este escenario se hace indispensable que frente al nuevo llamado “de diálogo” que hace el gobierno, los trabajadores activos y jubilados se organicen en asambleas en sus lugares de trabajo y en los gremios, para mandatar a sus delegados y para que las bases puedan llevar a fondo sus reclamos por un sueldo igual a la canasta y por un incremento de emergencia para nuestros jubilados.