Políticas

25/4/1991|328

Catamarca: Un interventor clerical con instrucciones del FMI

El interventor federal en Catamarca, Luis Prol, recibió de Menem instrucciones muy, pero muy precisas: “Deberá aplicar drásticamente la Ley de Emergencia Económica, ajustar el inflado presupuesto provincial, y tiene prohibido —expresamente— impulsar la investigación del caso de María Soledad cuya investigación seguirá en manos de Pedro Aquino, interventor judicial, quien continuará en funciones” (Ámbito Financiero, 18/4).

Es así que luego de haber actuado como entregador del petróleo, el ahora ex subsecretario de Energía, ha ido a parar a Catamarca, no para ajustar cuentas con Saadi sino con los trabajadores.

Ocurre que en estos momentos, los trabajadores estatales han iniciado una huelga de hambre en las mismas puertas de la casa de gobierno, para reclamar un mínimo de tres millones (actualmente no llegan a los dos millones) y que los salarios se paguen en término. La mayoría de los trabajadores estatales aún no ha cobrado enero y febrero.

Mientras tanto, los que sí cobraron en término, con un aumento del ¡55 por ciento! que lleva la dieta a más de 23 millones, son los legisladores, incluidos los muy “opositores” del Frente Cívico (PJ “disidente” y radicales).

Las “instrucciones” entregadas a Prol demuestran que el verdadero objetivo de Luis Prol y Cía es tratar de derrotar a las masas catamarqueñas, para contrarrestar de este modo la enorme derrota que significó para el conjunto del régimen político patronal la caída de los Saadi.

Aquino, el ubicuo

El interventor judicial Pedro Aquino, hombre de López Rega, de Miguel y del Vaticano, seguirá en funciones a pesar de que intentó a último momento evitar la intervención federal con el argumento de que Saadi se aprestaba a realizar “comicios limpios”. Según La Nación (17/4) fue una acción concertada con el propio Saadi. Sin embargo, el muy ubicuo de Aquino entregaría luego al ministro Mera Figueroa un informe en el que afirma, a pedido de éste, lo contrario —lo cual es todo muy natural porque el propio Mera había declarado pocos días antes que el adelantamiento de las elecciones era la solución al problema de Catamarca. Con la confirmación de Aquino en la Justicia queda claro que la intervención a Catamarca es un “tongo”, que no apunta a acabar con el totalitarismo político sino a salvarlo de la acción del pueblo.

Apoyo espiritual

Como la Santísima Trinidad, la Iglesia está en todos lados, pues además de celebrar su conferencia episcopal en Catamarca y de contar con un hombre que le es fiel (Aquino) como interventor judicial, ahora ha colocado a Luis Prol. Prol es un “ahijado político" de Carlos Alderete, reconocido hombre de paja del clero (La Nación, 18/4).

Luis Prol llevará a cabo —si puede— el operativo “limpieza” (despidos y demás ataques contra los trabajadores) mientras Aquino seguirá “controlando” el caso de María Soledad el cual, como sostiene Ámbito (18/4) “deberá ser retirado del centro político”.

En ambos cargos está la mano de la Iglesia, aliada del saadismo desde tiempos inmemoriales. El obispo de Catamarca, Elmer Miani, al conocerse la intervención federal, se manifestó en contra de la medida y hasta señaló que las elecciones anticipadas convocadas por Saadi, “eran una solución adecuada” (Clarín, 17/4). El propio episcopado, por su parte, señaló que ellos “no auspiciaron en ningún momento la intervención “total" a Catamarca”(La Nación, 18/4).

Frente cínico

El apoyo político a la intervención menemista, que fue prohijada públicamente desde Bussi y el embajador Todman hasta la centro izquierda, los ocho y tutti quanti, ha puesto al desnudo al Frente Cívico. En momentos en que la burocracia sindical ligada al saadismo, “es incapaz de controlar en lo más mínimo a los trabajadores” y de que la CGT regional “no tiene ningún poder de convocatoria” porque “los obreros le dieron la espalda hace rato”, como lo alerta un editorial del opositor diario Ancasti (13/4), el Frente Cívico sirvió para canalizar el movimiento de lucha de Catamarca al pantano de la intervención federal. ¿Pero cuánto durará el engaño?

“Es hora de que los funcionarios del gobierno comprendan que los obreros no son un instrumento político, sino que es la clase que mueve la provincia”, declara un activista de ATEP (estatales) al Ancasti (14/4) para explicar las razones que tos llevaron a la huelga de hambre por aumento de salarios y pago en término. Es contra este movimiento, al que se suma la radicalización de la juventud y la pequeñoburguesía del campo y la ciudad, que la muy “cívica" burguesía en su conjunto endereza sus cañones al apoyar a la intervención “racionalizadora”.

La demorada medida interventora es un recurso último para frenar la oleada obrera y popular, por eso fue reclamada desde Bush hasta el Frente Cívico.

Y la luz se hizo....

Los acontecimientos han permitido que salte, implacable toda la podredumbre escondida detrás de tos hechos de Catamarca. Son una lección de los intereses de clase que se mueven detrás de ellos y del papel que juega la burguesía democratizante en toda esta inmundicia. Contra la desesperación de esta gente, que cuida sus faltriqueras bien forradas y nada más, está una realidad que se le opone en todo el país. Mas de diez mil personas fueron a la Marcha del Silencio, convocada en la ciudad de Buenos Aires, en medio de cánticos, gritos y puteadas al gobierno.

Ahora es necesario que la juventud y sus aliados, en primer lugar la clase obrera catamarqueña, se preparen para aplastar la ofensiva que se trama en su contra. Más movilizaciones, en todo Catamarca y el país. Preparar una Asamblea Popular.

No hay que darte respiro a estos cadáveres políticos que intentarán reconstruir el aparato estatal, bajo la fachada democratizante. El ataque que se ordenó contra tos trabajadores, sumado a la situación intolerable que se vive han puesto a la orden del día también la preparación de la huelga general.


En Buenos Aires: Se quebró el silencio en la marcha

El silencio que se mantuvo durante las diez cuadras que van del Congreso a la Plaza de Mayo fue violentamente quebrado cuando el diputado Marcoli —del PJ de Catamarca— no tuvo mejor ocurrencia al concluir la marcha, que proferir un “Gracias, presidente”, en alusión a la intervención de su provincia. “Salta pequeña langosta, Menem y Saadi, son la misma bosta", respondieron indignados los secundarios.

Fue indudablemente la más democrática de las respuestas, porque el discurso de Marcoli revelaba que detrás del pretendido silencio de la marcha se imponía el monopolio de sus palabras y de su... menemismo... Fue sin duda una provocación, porque hay que recordar que la intervención a Catamarca fue un acto despótico dirigido a evitar que la movilización popular derrumbara a los gobernantes por la vía de la acción directa.

El final de la marcha demostró que el silencio forzado es también un programa político que la prensa burguesa gusta obviamente presentar como sinónimo de madurez. La Marcha porteña fue difundida periodísticamente de un modo distorsionado: se ocultó esta significativa culminación del acto y se la presentó como resultado de la movilización “espontánea”. Falso. Centenares de chicos marcharon en las columnas de tos colegios donde viene trabajando el activismo. Por eso entre tos más nutridos estaba el Avellaneda, que viene de movilizarse masivamente para impedir la intervención del establecimiento por un funcionario designado por Salonia; el Buenos Aires —que protagonizó el año pasado impresionantes manifestaciones contra la privatización y venta de su campo de deportes—, el Pellegrini —donde existe un Centro de Estudiantes organizado y una fuerte presencia de la izquierda; colegios en tos cuales se manifestó un abierto apoyo a la reciente huelga ferroviaria, etc. Los movilizados “espontáneamente” arrebataban los volantes de la UJS que proclamaba abiertamente el significado político de la lucha por el castigo a los asesinos de María Soledad como una lucha contra el gobierno de los indultadores.