Políticas

10/8/1994|425

Cavallo autoriza a las AFJP a realizar fraudes contables

Una nueva manifestación del fraude de la “jubilación privada” acaba de salir a luz a raíz del pedido de las AFJP para que los títulos públicos y bonos privados que aquéllas compren en la Bolsa sean contabilizados, no al precio de adquisición, sino al valor nominal más los intereses corridos. La decisión de acceder a este pedido es inminente, con lo cual las AFJP presentarán balances completamente inflados, con niveles de ganancia extraordinarios, aunque puramente contables, con la oscura finalidad de engañar a los trabajadores y ganarlos a la idea de afiliarse a las AFJP.


El pedido pretende evitar “el impacto diario de la variación de las cotizaciones y quedar sujetos sus rendimientos a las fluctuaciones del mercado” (Ambito Financiero, 2/8). En momentos en que las acciones y los títulos están bajando, la medida apunta a ocultar las pérdidas correspondientes y a presentar ganancias ficticias e inexistentes.


“Desde el punto de vista del sistema —dice Ambito— la posibilidad de devengar un rendimiento cierto momento a momento deja a las AFJP mejor paradas frente a sus clientes en momentos de volatibilidad, evitando la incertidumbre de los ahorristas en un momento donde todavía el sistema tiene que probar sus ventajas”.


Los estafadores, como se ve, saben muy bien lo que están haciendo. El temor de la burguesía es la huída en masa de los afiliados al sistema estatal, ante la evidencia de que los quebrantos en la “jubilación privada” son inevitables, ante la crisis financiera. Por eso, “a pedido del sector y con el apoyo de Economía” (Ambito) se dictaría una resolución favorable a la posibilidad de este fraude contable.


Para el gobierno, el fraude tiene la ventaja de que le permitiría colocar títulos y letras de deuda pública en las AFJP, sin que éstas corran el riesgo de que baje este precio contable. Como Cavallo ya no puede endeudarse en el exterior, necesita crear este mecanismo fraudulento para conseguir que los aportes de los trabajadores vayan a financiar al gobierno.


Claro está que el fraude obliga a las AFJP a inmovilizar en su cartera esos títulos hasta el vencimiento, lo cual achica el negocio en la Bolsa al frustrar operaciones de compra y venta diaria de una masa respetable de títulos públicos. Esto perjudicaría la especulación bursátil y podría acentuar una tendencia a la fuga de capitales.


En fin, todo esto vuelve a revelar que detrás de la “jubilación privada” existe simplemente un fraude monumental y sin límites, el cual puede concluir con estafas que dejarán en el olvido al Hogar Obrero, al BIR o a los Oddone.