El gobierno nacional endureció el cepo para las provincias, las cuales podrán pagar solo el 40% de los vencimientos de deuda en moneda extranjera con divisas del Banco Central y el 60% restante deberán reestructurarlo, conseguir financiamiento externo o utilizar dólares propios. Se trata de una medida desesperada producto de la crisis de reservas, que traerá nuevas contradicciones económicas y crisis políticas.

Ocho provincias (Mendoza, Jujuy, Entre Ríos, Chubut, Neuquén, Salta, Tierra del Fuego y Córdoba) tienen vencimientos hasta fin de año por U$S 460 millones en total, pero deberán prescindir de los dólares del BCRA para afrontar el 60% de esos compromisos (U$S 276 millones). Jujuy y Entre Ríos directamente no tienen divisas suficientes para poder hacerlo. Córdoba, por su parte, se quedaría con apenas U$S 18 millones y Tierra del Fuego con solo U$S 2 millones. Como vemos, la disposición oficial encierra el riesgo de que se produzca un default en algunas jurisdicciones.

En caso de lograr refinanciar esa parte de la deuda, el peso de la misma se agravaría debido a las altas tasas de interés que rigen en el mercado de crédito internacional. O bien, si las provincias recurren a los dólares financieros para cancelar vencimientos, generarían más presión sobre la brecha cambiaria, obligando al BCRA a vender reservas para contenerla; juntamente lo que el gobierno nacional quiere evitar con este reforzamiento del cepo.

Por otra parte, con esta resolución, las provincias procederán a retirar parte de sus depósitos en dólares para pagar deuda, con lo que disminuirán los encajes bancarios, y, por lo tanto, las reservas brutas de la autoridad monetaria.

Así las cosas, esta nueva restricción cambiaria, que hunde sus raíces en la bancarrota del BCRA fruto de la fuga de capitales incesante, profundizará las tensiones entre el gobierno nacional y los mandatarios de las provincias. En ese sentido, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, ya acudió a la Justicia para que retrotraiga la medida.

Frente a esta crisis, se vuelve necesario, por un lado, la investigación y no pago de las deudas usurarias, tanto de Nación como de las provincias, y la recapitalización del Banco Central terminando con la fuga de capitales y rompiendo con el FMI. Eso será posible mediante la nacionalización bajo control obrero del sistema financiero del país.