Cerro Dragón: lo que oculta la prórroga de la concesión
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En el mayor yacimiento del país – Cerro Dragón concesionado a Pan American Energy (PAE) – British Petroleoum, una de las empresas propietarias junto a los hermanos Bulgheroni, se ha autodenunciado por el pago de sobornos a funcionarios del gobierno argentino para obtener una beneficiosa prórroga en la concesión.
Cerro Dragón “logró” una prórroga que se firmó en 2007 por ¡40 años! (Chubut 1/4/14). El monto del contrato es desconocido porque “se le eximió a PAE el pago del impuesto de Sellos” que ascendería a 50 mil millones de dólares, aunque seguramente es superior, ya que el yacimiento tiene una certificación “trucha”, cuestionada en sede judicial a raíz de haber reducido las reservas premeditadamente para beneficiar a la empresa concesionaria.
La certificación fue realizada por la Universidad de Cuyo (UNCuyo), y ahora se descubre que no “tiene firma” de los especialistas. Se “habrían certificado reservas en existencia sólo por ocho años, de acuerdo a exposiciones que funcionarios provinciales de entonces hicieron a la legislatura de Chubut en 2007”. En esas condiciones, la certificación de la universidad cuyana habría servido para mejorar la negociación a favor de PAE, la empresa petrolera argentina que entonces pertenecía en un 60 % a la British y un 40 % a los Bulgheroni, y que explotará Cerro Dragón por 34 años más. (Mendoza online, 18.4.14)
El truco del crecimiento de las reservas
El certificado de la UNCuyo de reducir las reservas facilitó una renegociación de la concesión a PAE que culminó en el contrato votado por la legislatura de Chubut – con bajas regalías, de solo 12%. Permitió partir de reservas comprobadas bajas y luego “elevarlas” solo con un procedimiento contable, no como resultado de mayores inversiones en investigación y exploración. Una situación consistente con los datos brindados por PAE que se enorgullece de ser una de las pocas empresas que logra “aumentar las reservas”.
El pago de las regalías de la exportación del crudo se realiza por declaraciones juradas de las empresas concesionarias. Y la exportación del petróleo es sin valor agregado y sin control de organismo estatal, perjudicando el autoabastecimiento. Aunque más destacable, se vacían los yacimientos (Repsol) profundizando el desabastecimiento interno. Que ahora depende de masivas importaciones de energía. Esta es la clave del modelo, impulsar el beneficio de las empresas petroleras a costa de “subsidios” generadores de corrupción que paga la población con tarifazos al consumo de combustibles.
Sergio Rivero