Políticas

3/8/2023

Cerruti se jacta de que hay menos hambre, mientras recorta los alimentos para los comedores

Además de encarecer la comida con el dólar agro y hundir los ingresos populares.

Gabriela Cerruti.

En medio de una conferencia de prensa en Casa Rosada, Gabriela Cerruti minimizó la inseguridad alimentaria que padecen las infancias en Argentina, afirmando cínicamente que “hay gente que come en comedores, por supuesto. ¿Tienen hambre? No, porque acceden a comedores”.

La portavoz presidencial oculta que esos comedores se sostienen a pulmón gracias a la solidaridad de miles de trabajadoras y trabajadores de los barrios populares que están al frente de ellos, sobreponiéndose al ajuste del gobierno que retacea las partidas de alimentos, los entrega en mal estado y la mercadería que proveen jamás incluye productos frescos, privando a los más pobres de poder acceder a una alimentación balanceada.

Ante semejante desprecio gubernamental por quienes deben recurrir a los comedores barriales para comer todos los días, la Unidad Piquetera salió a las calles, conquistando por medio de la lucha que el Ministerio de Desarrollo Social se comprometiera a ampliar la asistencia alimentaria.

Cerruti no tiene vergüenza en admitir que sin esos comedores, muchas más personas pasarían hambre en el país, y omite que quienes realizan esa tarea tan indispensable con suerte cobran un mísero Potenciar Trabajo, cuyo monto el gobierno se encarga de mantener en la indigencia y hasta recorta la cantidad de beneficiarios del programa para congraciarse con el FMI, a costa de los más vulnerables.

Sus declaraciones son una confesión del fracaso del gobierno, que, con sus políticas al servicio de las patronales, como el dólar agro, encarece los alimentos, mientras hunde los ingresos de los sectores populares, haciendo que asistir a los comedores comunitarios sea la única opción de supervivencia para muchas familias.

Esa frase, dicha con tanta liviandad, como si fuera un mérito del gobierno, muestra cuán alejados del pueblo viven los funcionarios. Se nota que Cerruti tiene la panza llena gracias al sueldo exorbitante que cobra con la plata del Estado y nunca tuvo la necesidad de hacer una fila en el pasillo de una villa para recibir una ración de polenta, arroz o fideos para matar el hambre, como mucha gente sí se ve obligada a hacer como resultado de la gestión hambreadora del Frente de Todos.

Sigamos luchando por trabajo genuino y recomposición salarial, para que todos los hogares tengan la posibilidad de llenar la olla.

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