Políticas

25/6/2015|1369

CFK-Scioli-Zannini, el “pacto del helicóptero”


El diario del oficialista Cristóbal López describió con algún detalle el contenido del pacto entre CFK y Scioli para sustentar la designación de Zannini como candidato a vicepresidente y eliminar, de este modo, la interna abierta en el FpV. Los últimos toques del acuerdo fueron arreglados en el helicóptero que los llevó a Rosario para celebrar el día de la Bandera. El artículo, limitado a los temas económicos y a la pendencia con los fondos buitre, no hace referencia a otro aspecto de fondo de ese pacto, como es la preservación del aparato de espionaje interior montado por el general Milani, que es adonde apunta la renuncia de éste ante las pruebas contundentes acerca de su participación en el terrorismo de Estado.


 


 


La Cámpora al Congreso, Scioli al poder


 


El pacto establece una cláusula de gobernabilidad, que asegura que el kirchnerismo votará todas las leyes que envíe Scioli al Congreso durante los primeros 100 días de gobierno.


 


En el paquete figura la propuesta de buscar el arreglo con los fondos buitre sin más trámites. Este volantazo nacional y popular no debería sorprender, porque el fallo de Griesa contra Argentina se ha transformado en el obstáculo más importante para alcanzar el objetivo fundamental de la burguesía y de los K: obtener financiamiento internacional para rescatar las finanzas quebradas del país. El litigio original de 1.200 millones de dólares se fue a 1.800, debido a la aplicación de intereses punitorios, y está escalando a los 15 mil millones de dólares a partir de la incorporación de nuevos acreedores al proceso judicial.


 


De acuerdo con lo que reporta el periodista de Ambito, Carlos Burgueño, con excelente acceso a información oficial, Scioli resucitaría la propuesta elaborada por banqueros locales a fines de 2013, que ofrecieron comprar la deuda con los buitres con un descuento, contra una garantía de repago por parte del gobierno nacional en un plazo determinado. Otra alternativa sería conseguir de los buitres un recorte de sus pretensiones, de alrededor del 25-30%, como ya lo había planteado Miguel Bein, un asesor de Scioli. La salida de última instancia, si lo anterior no prosperara, sería volver a reestructurar toda la deuda externa, incluida la que poseen los buitres, con la finalidad de amortiguar los pagos mediante una nueva extensión de los plazos. Ambito Financiero aporta una información valiosa: que Zannini había sido el autor del proyecto de arreglo. Esto explica que Kicillof lo hubiera alentado en aquella oportunidad, antes de ponerle el veto.


 


El “pacto del helicóptero” tiene otro punto sustancial que le pone el moño al pacto: al equipo económico del próximo gobierno lo nombraría Daniel Scioli, sin interferencia del kirchnerismo. Esto habilitaría la designación de Miguel Bein, el primero en levantar la perdiz del arreglo con los fondos buitre.


 


 


Dilma


 


Los voceros del sciolismo ya le habrían comunicado a las grandes patronales el contenido del pacto. La Bolsa, luego de un derrumbe por el 'susto', retomó el alza. Las patronales quieren que se solucione lo que llaman “falta de dólares”, porque exigen la entrega de los 14 mil millones de dólares que no han podido girar a sus accionistas. Sería una suerte de puerta giratoria. El arreglo con los buitres debería ser complementado con la devaluación del peso -la condición para levantar el 'cepo'. Junto con el tarifazo, para cerrar el grifo del déficit fiscal, y una ‘concertación’ con la burocracia de los sindicatos, que acompaña la candidatura de Scioli, tendríamos la versión local del ajuste brasileño, apoyado por La Cámpora vecina, el PT y Lula. Hasta ahora, el ajuste del país del “decime qué se siente” ha comportado una confiscación de los ingresos de los trabajadores a favor del capital, de unos 30 mil millones de dólares.


 


 


Debate


 


Los términos del pacto CFK-Scioli-Zanini deben abrir un debate urgente en el movimiento obrero. En primer lugar, para orientar el voto de los trabajadores contra los candidatos del ajuste antipopular. Al mismo tiempo, ese debate es necesario para poner al movimiento obrero en estado de emergencia, lo cual plantea convocar plenarios, asambleas y congresos -en especial con el Frente de Izquierda. La politización de los trabajadores se impone con la dura regla de la necesidad. Es necesario retomar el rumbo que planteó el Congreso del movimiento obrero y la izquierda que tuvo lugar en el Luna Park en noviembre pasado.


 


El contenido de clase de la disputa electoral está planteado. El programa del binomio Scioli-Zannini es una variante del de Macri y del de Massa, lo mismo ocurre con el frente fantasmagórico de Margarita Stolbizer.


 


Ni ‘renovación' ni piruetas, por una lucha política anticapitalista.