Políticas

18/7/2023

CFK y Massa “simulan” no ser responsables del saqueo capitalista de Argentina

Estuvieron juntos en un acto en el aeropuerto de Ezeiza.

Sergio Massa y Cristina Kirchner participaron de la inauguración de un simulador de vuelo.

En un nuevo intento de vestir a Sergio Massa con un ropaje nacionalista, Cristina Kirchner y el candidato de Unión por la Patria fueron los oradores del acto por el 15° aniversario de la estatización de Aerolíneas Argentinas. En el evento, simularon no solo que piloteaban un avión sino también que están por fuera del elenco de políticos capitalistas que pavimentaron el saqueo del país.

Para empezar, Massa habló, sin sonrojarse, de “garantizar que el desarrollo se dé con una mirada federal”, cuando es el responsable de que las transferencias de Nación a las provincias hayan caído 25,3% real en el primer semestre del año, en términos interanuales. Se trata de un ajuste en aras de acercarse a las metas del FMI, que tiene como consecuencia el desfinanciamiento de las partidas destinadas a educación, salud y salarios públicos de cada jurisdicción.

Por otra parte, CFK ironizó: “Bienvenido a la Argentina, donde nos faltan los dólares. Ah, pero afuera de la Argentina, hay un grupo selecto de argentinos que tienen casi un PBI ¿Les suena? La ruta del dinero K no era K ni de nosotros. El PBI lo tienen argentinos y argentinas afuera”, en referencia a los activos formados en el exterior por personas físicas y jurídicas de Argentina, que ascienden a U$S 428.635 millones.

Ahora bien, la vicepresidenta apuntó contra la monumental fuga de capitales que ha prosperado en el país, como si no tuviera responsabilidad alguna en haberla convalidado cuando le tocó gobernar. Sin ir más lejos, desde que asumió el Frente de Todos, el saldo comercial alcanzó los U$S 31.512 millones, pero las reservas líquidas son negativas por U$S 11 mil millones, lo cual da cuenta de una sangría de divisas por U$S 42.512 millones.

Finalmente, la formación de activos externos aumentó en U$S 98.000 millones durante los doce años que abarcaron las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner, y se elevó en U$S 88.736 millones bajo la gestión de Macri. Lo anterior demuestra que los sucesivos gobiernos mantuvieron intacto el dominio capitalista sobre los resortes económicos del país -la banca, el comercio exterior, los puertos, la hidrovía, etc.- permitiendo que los empresarios fuguen a sus anchas. Como resultado, tenemos una crisis de reservas sin precedentes, fuente de las tensiones cambiarias a las que asistimos, que tienen como principal perjudicado al bolsillo popular.

Con la finalidad de mostrar a los capitalistas amigos de Macri como los únicos culpables del drenaje de divisas, CFK sostuvo que “cuando aparecieron los Panamá Papers no estaban los K, estaban los M”. Sin embargo, ese escándalo involucró a empresarios que habían recibido numerosos beneficios por parte del kirchnerismo, como Matías Garfunkel (dueño del Grupo 23), los Blaquier (que ocupan un lugar preferencial en el negocio del bioetanol), Madanes Quintanilla (dueño de Fate y Aluar) y Eduardo Eurnekian (concesionario de Aeropuertos Argentina 2000). En el Pandora Papers, por su parte, salieron a la luz sociedades offshore pertenecientes a Daniel Muñoz (secretario privado de Néstor Kirchner) y a Marcelo Figueiras (a quien Alberto Fernández le encomendó la producción local de la vacuna Sputnik V).

A su turno, en el listado de mayores fugadores bajo el mandato de Cambiemos -elaborado por Horacio Verbitsky- figuran empresarios que mantuvieron o mantienen vínculos estrechos con el kirchnerismo, como la familia Eskenazi (que se convirtió en accionista de Repsol-YPF gracias a su amistad con Néstor Kirchner), el grupo Whertein (uno de los financistas de la campaña de Cristina Kirchner en 2011), y socios de Cristóbal López en el negocio del juego como Ricardo Benedicto, Héctor Cruz y Federico de Achával.

En ese sentido, mientras CFK trata de presentar a Massa como un “defensor de la soberanía”, olvida que uno de los empresarios más cercanos al ministro también aparece en la lista mencionada. Se trata de Mauricio Filliberti, socio de Vila-Manzano en Edenor y proveedor de cloro de Aysa, la empresa estatal controlada por Malena Galmarini. Al igual que el grupo Techint, y eso no le impidió ganar la licitación para construir el Gasoducto Néstor Kirchner. Ni qué decir de la multinacional Livent, que pese a haber subfacturado exportaciones por U$S 13 millones en 2022, continúa explotando el litio de Catamarca.

Tampoco faltaron las críticas de la vicepresidenta al FMI. Puro palabrerío viniendo de parte de alguien que defiende rescatar esa deuda ilegítima y, a su vez, encumbra a Massa como candidato en función de reforzar el rumbo fondomonetarista de ajuste, inflación y endeudamiento. La presencia de referentes de La Cámpora en el acto evidencia su apoyo a esta orientación.

Como vemos, se trata de un régimen de saqueo, en favor del capital nacional e internacional, del cual el peronismo en su conjunto sin dudas forma parte. Necesitamos romper con los que hundieron al país y construir una alternativa que responda a los intereses de los trabajadores, la única clase social dispuesta a terminar con la fuga, repudiar la deuda externa y romper con el FMI en pos de emprender un proceso de transformación de la Argentina en beneficio del pueblo.

La lista encabezada por Gabriel Solano y Vilma Ripoll en el FIT expresa esa impugnación sin concesiones a todos las variantes capitalistas y la organización desde abajo contra sus políticas antipopulares. Por eso es el voto que le duele a los dueños del poder.

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