Políticas

15/10/2019

Chaco: los resultados electorales y el Partido Obrero en una nueva etapa

Las recientes elecciones del Chaco arrojaron un triunfo de Jorge Capitanich por más del 48% de los votos. En segundo lugar se ubicó el radicalismo con el 31% de los votos, llevando como candidato al rozista Carim Peche, y tercero el ex vicegobernador de Capitanich, Bacileff Ivanoff, que obtuvo el 13% de los votos con un planteo abiertamente derechista y represivo. 


Capitanich viene de derrotar en las PASO nacionales al actual Gobernador Peppo, que terminó declinando su candidatura a la reelección. Capitanich explotó, desde dentro del PJ, el descontento con la política de ajuste del Gobernador, sus choques con los trabajadores, y denunció su permanente capitulación frente al macrismo. Luego de las PASO, integró en sus listas a representantes de movimientos sociales y referentes del movimiento de mujeres y de lucha por el aborto legal. 


Vino a rescatar, así, a un régimen en una crisis política profunda, por la crisis social de la provincia, con un 46% de pobreza, y por los escándalos de corrupción que llevaron a altos funcionarios de Peppo a prisión. 


A contrapelo de las expectativas de la izquierda que lo secunda, Capitanich propuso durante la campaña una asamblea constituyente reaccionaria, donde propone reforzar el arbitraje del poder ejecutivo en todo el régimen político provincial y, entre otras cosas, municipalizar el mantenimiento de la educación y la salud. Como denunciamos en la campaña, una reforma constitucional puede abrir paso a una liquidación del 82% móvil del INSSSEP, reforma en carpeta por la presión del FMI. 


Los supuestos defensores del campesinado, del PCR, terminaron secundando un candidato cuyo planteo central es abrir un nuevo ciclo exportador, o sea, sojero. Las referentes de la lucha por el aborto legal, a un Capitanich que ofició de pastor junto al radicalismo y a la tropa evangélica del pastor Ledesma en el acto de Chaco For Ever. 


Desplazamientos en la derecha 


El radicalismo sufrió las consecuencias combinadas del derrumbe del macrismo y de la caída de Aída Ayala por las causas de corrupción. Retrocedió casi 10 puntos desde las generales nacionales de 2017. 


Este retroceso lo capitalizó Bacileff Ivanoff, que obtuvo el tercer puesto con un planteo abiertamente represivo. Con una línea de defensa del “orden”, la derecha peronista explotó la campaña política sistemática  de la burguesía local y el Gobierno contra las huelgas, las movilizaciones sociales, los piquetes y las tomas de tierras. Está campaña prendió incluso en un sector de trabajadores. El planteo de “ordenar” la provincia se dirige en parte contra Capitanich que ha tenido una política de cooptación de organizaciones populares y al que se responsabiliza por haber creado “el monstruo” de los piquetes. Pero, a diferencia de lo que sostiene Bacileff, el movimiento piquetero es anterior a su integración al estado y que justamente esta integración fue un factor central para “defender el orden social” en la provincia. 


Bacileff tuvo sus mejores resultados en Resistencia, donde superó a los radicales en un distrito que supo ser su bastión. Contó para ello con el apoyo tras cartón de la fracción de Gustavo Martínez, un sector poderoso del aparato relativamente desplazado del armado de listas por Capitanich. Martínez aspiraba a la intendencia de Resistencia, pero deberá enfrentar a un candidato de Capitanich en las elecciones comunales del 10 de noviembre.


La elección de Bacileff, la presentación del ex Ministro de Economía de Capitanich, Aguilar, y la crisis con Gustavo Martínez preanuncian que la disgregación del PJ será un factor importante en toda la etapa que se viene. El quiebre del PJ fue el factor central de que el peronismo perdiera la intendencia de Puerto Tirol a manos de la UCR. 


Una golondrina no hace verano


La caída de votos del Partido Obrero muestra que ingresamos en una nueva etapa. Obtuvimos 6800 votos a Gobernador, la mitad que en 2015. A Diputados Provinciales, sacamos 7607 votos, contra 31.000 del 2017. Estos resultados se dan con una mayor cantidad de fiscales que en el pasado, y presentando listas en 11 localidades (en 2015, habíamos presentado en 8).


¿Qué ocurrió? 


Por un lado, es indudable que el clima social de ataque a las movilizaciones populares que se cristalizó en el voto masivo en Resistencia a Bacileff Ivanoff golpeó a la izquierda. Por otro lado, nuestra campaña enfrentó la candidatura de Capitanich que concentró en gran medida el voto de sectores de izquierda con la expectativa de terminar con el ajuste. 


El PO del Chaco vivió un ascenso electoral desde 2013, junto al FIT en todo el país, pero con una referencia en la pelea por el ingreso de nuestro compañero Aurelio Díaz a la Cámara de Diputados. Bajo estas condiciones, mantuvimos resultados electorales sostenidos y elevados, especialmente en Resistencia, en 2013, 2015 y 2017. Esta pelea fue acompañada por sectores que incluso no compartían las ideas de la izquierda, pero vieron en Aurelio una figura de honestidad y compromiso que contrastaba con el régimen político provincial. 


Con el ingreso de Aurelio a la Cámara, muchas de estas expectativas se quebraron.  Es evidente que, desde el punto de vista de los reclamos y aspiraciones populares, es imposible modificar la orientación de ajuste de la Camara de Diputados con una conquista parlamentaria. Incluso impulsando proyectos en favor de los trabajadores e interviniendo activamente, la principal tarea de una bancada de la izquierda es construir una oposición obrera y socialista al régimen. Pero esta situación chocaba con las expectativas producidas por lo que se dio a conocer como el “triunfo” del Partido Obrero en las elecciones de 2017. 


En minoría en una Cámara dominada por los pactos entre el PJ y la UCR, el Partido Obrero apostó al desarrollo de las luchas populares contra el plan de ajuste. Nos jugamos por el triunfo de la lucha docente, de las luchas estatales por el pase a planta y los salarios, y del movimiento piquetero, con el Polo Obrero. 


Esta participación, en el marco de una campaña anti piquetes que cristalizó el voto a Bacileff Ivanoff, nos hizo blanco de ataques políticos reiterados. Esto ocurrió especialmente en torno a nuestra defensa del derecho a la vivienda popular en el marco de numerosas tomas de tierras, un proceso que fue derrotado con desalojos masivos a fin de 2018 pero tiende a reabrirse permanentemente por la falta de respuesta a la crisis habitacional. También fuimos el blanco de los ataques de las iglesias por nuestra defensa de la Educación Sexual Integral respetuosa de la diversidad de género y del derecho al aborto legal. Estos ataques hicieron mella en un sector de la pequeña burguesía que nos había acompañado en elecciones anteriores. 


Mientras tanto, entre los sectores que luchan se impuso la ilusión en que un regreso de Capitanich podrá resolver los reclamos populares. Pero un nuevo Gobierno de Capitanich, en un marco de crisis nacional no llegará al nivel de los anteriores, que incluso con crecimiento económico dejaron todos los grandes problemas provinciales en pie: la pobreza, la crisis habitacional, la precarización laboral, los salarios de miseria, el despoblamiento rural o los desmontes. La evolución de la crisis pondrá a prueba el apoyo conquistado por Capitanich. 


La referencia conquistada por años de lucha del Partido Obrero no se quiebra por un retroceso electoral. Esta referencia estará puesta en esta nueva etapa al servicio de reforzar las luchas populares en la provincia y concentraremos esfuerzos poner en pie una fuerza política poderosa debatiendo un programa de salida para los grandes problemas del Chaco con los compañeros que día a día luchan por todos los reclamos populares.