Políticas

11/10/2021

Chubut: todos con la “paz social” de Bulgheroni

Un acto en Comodoro Rivadavia que expresó que gane quien gane entre los candidatos del ajuste y el saqueo, en estas elecciones legislativas y también en 2023, todos van a defender los intereses de los grandes capitales.

Candidata a Senadora Nacional Partido Obrero-FITU

Este 8 de octubre se inauguró en Comodoro Rivadavia una nueva sede del Sindicato de Petróleo y Gas Privado del Chubut. Esta buena noticia para los obreros petroleros fue la excusa perfecta para llevar adelante un acto que brindó un mensaje político que pinta de cuerpo entero el régimen de ajuste, saqueo, represión y endeudamiento que impera en la provincia de Chubut, y fundamentalmente para quienes se gobierna.

¿Quiénes asistieron a este acto? Lo encabezó el burócrata y patotero de docentes Jorge “Loma” Ávila, secretario general del sindicato; el gobernador Mariano Arcioni; el intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque; Jorge Taboada, de Camioneros; de Uocra, Raúl Silva; el presidente de Petrominera Chubut SE, Héctor Millar; el presidente de YPF, Pablo González; el ministro de Trabajo de la Nación, Claudio Moroni; el senador nacional, Juan Mario Pais; el CEO de Pan American Energy, Marcos Bulgheroni; el presidente del PJ Chubut y candidato a senador nacional por el Frente de Todos, Carlos Linares; el vicegobernador Ricardo Sastre; el exintendente de Comodoro Néstor Di Pierro; además de varios diputados provinciales y concejales de todas las fuerzas políticas, como Ana Clara Romero del PRO.

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La fecha del acto tampoco fue casual, pues fue a casi 16 años del 7 de octubre de 2005, cuando se llevó adelante en Comodoro Rivadavia una medida de fuerza histórica, encabezada por la burocracia sindical de aquel entonces con Mario Mansilla, pero que demostraba el enorme poder de los petroleros: la toma de Termap (Terminales Marítimas Patagónicas), uno de los depósitos de crudo más importantes del país. En un nuevo aniversario de aquellos días, realizar un acto con lo más representativo de la burocracia sindical, del funcionariado político de los partidos patronales y de la clase capitalista de Chubut, es todo un mensaje. Resignificar el pasado es uno de los artilugios más comunes para intentar borrar de la memoria colectiva el poder de la clase trabajadora organizada.

El eje ordenador de este acto en Comodoro Rivadavia fue el concepto de “paz social”, un acto donde participó, subrayamos, el CEO de Panamerican Energy, la petrolera privada más relevante del país y la concesionaria del yacimiento de petróleo convencional más importante del país, Cerro Dragón. Alejandro Bulgheroni, según la revista Forbes, es la segunda persona más rica de Argentina, con una fortuna de 3,3 millones dólares, abajo de Marcos Galperín de Mercado Libre, con 6,4 millones de dólares. Esto según sus fortunas declaradas.

¿Qué significa la “paz social” de Ávila, Arcioni, el PJ y Bulgheroni?

En relación a la llamada “paz social”, el mismo Ávila dijo en su discurso: “La memoria colectiva nos lleva a trabajar juntos y puede haber diferencias, pero hay un solo rumbo (…) ese único rumbo es la Paz Social que hemos construido. No la pudimos lograr en 2010 pero volvimos por ella en ese 2012 donde también fue fundamental un hombre como Bulgheroni también, porque cuando asumimos había Equipos parados y uno de los compromisos era que si los ayudábamos a salir adelante, ellos nos ayudarían. Así fue como salimos adelante”.

El mismo Marcos Bulgheroni, CEO de PAE, dijo: “Estoy muy feliz de compartir con todos ustedes, porque esta es una noche muy especial, y lo es porque de alguna manera recuerdo que el sueño de Jorge (Ávila), de José (Llugdar) y de todos los dirigentes, se inició allá por el año 2014. Hay una anécdota que muy pocos saben. En una sala del Ministerio de Economía de la Nación comenzó parte de este sueño, allí Jorge (Ávila), José (Yugdar) y varios de los compañeros que están acá, junto con mi padre Carlos -que fue una persona que tenía mucho afecto por ambos-, se pusieron de acuerdo en el Convenio de Paz Social, que fue algo que ayudó a que los Petroleros pudieran tener los recursos también para hacer esta obra”.

Arcioni también habló, interrumpido por los silbidos de los trabajadores petroleros, y dijo: “Recién escuchaba el discurso de las operadoras hablando de la inversión y de la paz social, pero lo cierto es que lo primero que tiene que haber es un ejemplo de la responsabilidad de la política sindical, de ese ejemplo vive la paz social, de ese ejemplo viven las inversiones y el progreso”.

La participación de Carlos Linares, principal candidato del Frente de Todos, del vicegobernador Ricardo Sastre, del intendente Juan Pablo Luque, o de figuras de Juntos por el Cambio, expresa claramente que más allá de sus rencillas aparentes, persiguen todos una misma orientación política.

Más claro imposible. Lo contrario de la “paz social” es todo lo que se parezca a las luchas de las y los trabajadores en defensa de sus derechos y conquistas históricas, todo lo que se parezca a la protesta social y a un cuestionamiento de un modelo de explotación y depredación extractivista que beneficia a unos pocos y empobrece más y más a la mayoría de la población trabajadora. En estos años de “paz social” los obreros petroleros han visto licuado sus salarios y jubilaciones, se han producido miles de despidos encubiertos, se han multiplicado las muertes laborales y se han flexibilizado los convenios colectivos. La nueva Ley de Hidrocarburos impulsada por el Frente de Todos y apoyada también por la oposición de derecha busca profundizar el festival de subsidios y beneficios impositivos a las petroleras, que pegó un salto tras la privatizaciones del menemismo en 2013, con el pacto (aún) secreto con Chevron y el Plan Gas impulsado en 2014 por el entonces ministro de Economía Axel Kicillof. Paz social es también el impune saqueo del agua que perpetran las petroleras, que secaron completamente el Lago Colhue Huapi y ahora van por el Lago Musters, que tiene una bajada histórica, con la complicidad de la cooperativa de servicios SCPL y las autoridades municipales de Comodoro, Sarmiento y Rada Tilly.

El ejemplo más cercano de la “paz social” amenazada fue lo sucedido el 4 de septiembre de 2019, cuando por orden de las operadoras petroleras un grupo de 200 patoteros, bajo el comando de Ávila y gracias a una zona liberada por parte del ministro de Seguridad de Chubut y actual candidato a senador Federico Massoni, desalojó a los golpes un piquete de docentes y estatales que protestaban en las rutas 3 y 26 contra el pago escalonado del gobernador Arcioni. Una acción cobarde que nada tuvo que ver con la enorme solidaridad de clase de los trabajadores petroleros para con las medidas de fuerza. La histórica movilización de aquel día, de casi 40.000 personas en Comodoro Rivadavia, la más grande de su historia, que repudió estos hechos, da cuenta de la profunda comprensión del pueblo trabajador, acerca de quién es quién y qué intereses sociales defiende el poder político y la burocracia sindical: los de los Bulgheroni, los Madanes Quintanilla de Aluar, los de las pesqueras como Conarpesa o los terratenientes como Benetton y Lewis.

Vamos por un pronunciamiento político en contra de este régimen de saqueo y endeudamiento

El significado político de este acto, donde todas las fuerzas políticas del régimen le rindieron pleitesía a los Bulgheroni y a PAE, es el siguiente: gane quien gane en estas elecciones legislativos y también en 2023, todos van a defender de estos grandes capitales, todos están con la “paz social” de Bulgheroni. Por eso, en estas elecciones, un voto al Frente de Izquierda Unidad, además de ir por la conquista de diputados y diputadas de los trabajadores y para fortalecer todas las luchas y reivindicaciones en curso, es un pronunciamiento político contra todo este régimen absurdo de saqueo y endeudamiento, que empobrece y reprime a las y los trabajadores de la cuarta provincia exportadora del país. Es un paso más en la recuperación de los sindicatos en manos de la burocracia y en la construcción de una alternativa política propia, obrera y socialista, a la cual le temen como a la peste.