Políticas
10/7/2024
Cielos en remate: Milei y Sturzenegger avanzan en la entrega del negocio aeroportuario
Un esquema que favorece a las low cost, la precarización y la inseguridad aeroportuaria y que se presenta ideal para el narcotráfico.
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Código aeroportuario.
El gobierno nacional acaba de publicar un decreto de desregulación aerocomercial que busca profundizar los negocios de las empresas low cost a costa de una mayor flexibilidad laboral, libertades operacionales sin límites y la ausencia de toda garantía de seguridad para millones de pasajeros.
La medida fue publicada este miércoles 10 en el Boletín Oficial, con la firma del ministro privatizador Federico Sturzenegger y plantea la desregulación de las rutas comerciales, el sistema de rampas, la certificación de matrículas y el régimen de la tripulación aérea, entre otras cosas.
El decreto instruye a la reglamentar de la normativa aerocomercial sobre diversos principios, entre los que se enuncian “Libre acceso al mercado de nuevos explotadores a través de procedimientos administrativos breves y ágiles (…) Estímulo a la competencia (…) Desregulación tarifaria y libertad en la determinación de precios (…) Libertad comercial en la fijación de frecuencias y rutas aéreas (…)Otorgamiento inmediato de capacidad y/o frecuencias solicitadas (…) Acceso y asignación justa, con estándares internacionales, de los servicios y espacios comunes aeroportuarios, que permitan la libre competencia”, etc.
La desregulación de este mercado afecta particularmente a la empresa de bandera nacional Aerolíneas Argentinas cuya exclusividad para algunas rutas y frecuencias que, en hasta cierto punto, compensaba el sostenimiento de recorridos menos rentables, ahora es desarticulada con el propósito de llevar la empresa a la quiebra.
Las modificaciones que plantea el Ejecutivo nacional están orientadas a la proliferación de los servicios low cost, que ya dominan el 30% del servicio de pasajeros, sobre la base de peores condiciones laborales, controles laxos y menor seguridad y garantías para los pasajeros.
Estas empresas siquiera son capaces de garantizar con seguridad las condiciones fijadas para cualquier vuelo, siendo recurrentes las reprogramaciones continuas, tiempo en el cual las mismas aprovechan la retención de los pagos adelantados para realizar todo tipo de negocios financieros.
El ataque a la aerolínea de bandera nacional busca destruir todo tipo de alternativa a los acuerdos empresariales de fijación de precios, para avanzar hacia un negocio dominado 100% por el capital privado, con las mismas consecuencias que hoy podemos encontrar con los aumentados en la salud privada y las prepagas.
Esto atenta directamente contra la conectividad del país octavo en el mundo en cuanto a extensión territorial, de lo cual dependen múltiples economías regionales y turismo local.
Estas medidas también afectan la empresa estatal (Intercargo) encargada de los servicios de rampa, asistencia y equipaje para todas las líneas aéreas, para lo cual se habilita el ingreso de terceros privados. Además, se permitirá el cabotaje con tripulación extranjera, habitando tercerización laboral bajo jurisdicción extranjera, y se elimina el precio máximo de los pasajes.
El gobierno también estaría facilitando la apertura indiscriminada de rutas comerciales, incluso para aviones privados, lo que en el cuadro de un ajuste en el Estado y sus controles solo podrá devenir en un aumento significativo de la inseguridad aeroportuaria.
Cabe agregar que todo este esquema laxo, flexible y sin controles favorece de manera significativa a los negocios del narcotráfico, en cuanto a la incapacidad de controlar un espacio aéreo “ilimitado”, entregando toda soberanía nacional sobre el espacio aéreo.
Con el plan de Milei se podrá viajar solo a los destinos que a las empresas les resulte rentables y cuando estas lo digan, al precio que las mismas fijen; mientras que quienes desenvuelvan todo tipo de negocios turbios podrán disponer con libertad de los cielos argentinos.
Esto también pone en riesgo la continuidad de miles de puestos de trabajo, algo que deberá ser enfrentado por la organización de los trabajadores.
Los “cielos abiertos” de Milei son una política para que un puñado de capitalistas se adueñe del mercado aerocomercial y fije sus reglas. Los cielos no pueden quedar en mano de los especuladores privados, sino que deben estar bajo control de los trabajadores, garantizando la conectividad nacional y en línea a un plan de desarrollo turístico y económico del conjunto del país, sobre nuevas bases sociales.
