Políticas
13/4/2024
Cierre de comedores: iglesias evangélicas no entregaron alimentos, aunque habían recibido $177 millones
Milei y el armado de una red punteril en detrimento del derecho a la alimentación.
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Ollas populares.
Las instituciones integrantes de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina (Aciera) habían recibido $177 millones de pesos hace dos meses para brindar asistencia alimentaria. En un cuadro de crecimiento del hambre y la pobreza, los fondos no fueron ejecutados, es decir, a las familias necesitadas no les llegó ni un kilo de arroz en todo este tiempo, mientras los comedores de las organizaciones sociales y piqueteras (incluida el Polo Obrero) que se sostienen lo hacen con el esfuerzo y solidaridad de los trabajadores.
En una entrevista al canal evangelista Luz el titular de Aciera, Christian Hooft, dijo que recién brindarían la asistencia esta semana. La citada fuente planteó: “Nosotros no somos una organización especialista en trabajo alimentario, somos Iglesias que hacemos un trabajo voluntario, que colabora con esta situación de emergencia nacional”. Además, sostuvo que “hay que hacer un concurso de precios, ver quién lo distribuye. Eso no se hace en una semana”, así justificó la demora reconociendo la falta de preparación e improvisación en el punto -algo habitual en el gobierno libertario.
También apuntó contra la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, por haberle delegado de conjunto la distribución de alimentos, al decir que “requiere mucho esfuerzo, porque era una estructura nacional que estaba enfocada a través de organizaciones sociales (…). Se corta eso y nos dicen ‘¿ustedes pueden ayudar?’ ¿Y qué le vamos a decir, que la iglesia no puede ayudar? Ahora, el tema es: ¿y los recursos?, ¿y el equipo de gente?, ¿y los voluntarios?, ¿de dónde salen?” Claramente reclaman plata para desarrollar la tarea, para el gobierno y sus aliados todo es un negocio.
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De esta manera, Hooft dio cuenta de la falta de respuesta integral para responder a la elemental necesidad de un plato de comida. Y que quedó la “Iglesia evangélica en el ojo del huracán”. Para peor, el evangélico habló de filmar la entrega de comida, otra forma de estigmatización de quienes la están pasando mal, producto de la política de quienes gobiernan y gobernaron en las últimas décadas.
Tras lo expuesto, queda claro que Milei mintió, otra vez, cuando decía que quería terminar con los “intermediarios” de la asistencia social. En realidad, lo que buscaba era reforzar los vínculos con las iglesias evangélicas, todo en función del armado de un aparato punteril. Cabe recordar que diputados nacionales evangélicos como Lourdes Arrieta, electa en Mendoza, Santiago Pauli de Tierra del Fuego, y Nadia Márquez de Neuquén, revisten la bancada de la Libertad Avanza. La última diputada mencionada es hija del pastor Hugo Márquez, quien es vicepresidente de Aciera, y fue quien recibió los fondos millonarios que demoraron en ser entregados más de dos meses.
Mientras el presidente Javier Milei desarrolla una campaña contra las organizaciones sociales y piqueteras, lo cierto y concreto es que no garantiza el derecho a la alimentación, en un país productor de alimentos. El argumento para recortar la totalidad de fondos para comedores populares, como los del Polo Obrero, tenía que ver con una supuesta auditoría que nunca se realizó; los trabajadores despedidos de los CDR (Centros de Referencia) dan cuenta de esta situación. Pasado el tiempo, y más allá de la propaganda difundida en redes sociales, no pudo demostrar absolutamente nada que no permita la restitución de los alimentos a una organización piquetera independiente.
Desde el Ministerio de Capital Humano denuncian sobreprecios en la compra de alimentos, algo que el Polo Obrero denunció durante mucho tiempo, incluso movilizados en la pandemia, exigiendo la entrega de alimentos. En realidad, lo que está detrás de lo señalado es ni más ni menos que un ataque a las organizaciones de lucha, en primer lugar. Además, el cierre de comedores, la baja indiscriminada de planes sociales, el cierre de las ex sedes de lo que fuera el Ministerio de Desarrollo Social, forman parte de una orientación de conjunto que es necesario enfrentar ahora, porque el hambre no espera.
Necesitamos organizar la fuerza para pararle el plan motosierra a Milei y sus cómplices. En ese sentido, el Polo Obrero, junto al Partido Obrero está impulsando asambleas abiertas, para reforzar políticamente la pelea por reagrupar a todas las luchas en una gran asamblea nacional, para arrancar la huelga general y abrir paso a una agenda popular: trabajo genuino, salario mínimo igual a la canasta familiar, 82% móvil, por una salida política desde el campo de las y los trabajadores.