Cierre de listas: la burocracia, a los codazos
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Las distintas alas de la burocracia pelean entre sí por lugares en las listas
Al filo del cierre de listas, la disputa entre las distintas fracciones de la burocracia por no quedar afuera del reparto, es frenética. Todavía arde el recuerdo de la magra participación gremial en las legislativas de 2017. Y los lugares en las boletas de los armados capitalistas -Frente de Todos, Juntos por el Cambio y Consenso Federal- son un bien escaso.
La mayoría se encolumna hoy detrás de la fórmula de los Fernández: los moyanistas, las tres divisiones de la CTA (incluido el centroizquierda de Claudio Lozano y Víctor De Gennaro) y Héctor Daer; más recientemente, el metalúrgico Antonio Caló (un “intermedio” en la interna de la central), el taxista Omar Viviani (ex aliado del salteño Juan Manuel Urtubey) y el massista Carlos Acuña, que acompañó el desplazamiento de su jefe.
Sin embargo, la visita de Alberto y Cristina Fernández, junto a Axel Kicillof y Verónica Magario, a la sede de La Bancaria, para compartir un almuerzo con los referentes del sindicalismo kirchnerista -Fresimona y las CTA- alteró los nervios de la “mesa chica” de la CGT.
Aunque su reunión con el candidato presidencial fue agendada antes, no se concretó.
En declaraciones a la prensa, Hugo Moyano resaltó que "Alberto y Cristina” dan “prioridad a los dirigentes que hemos estado peleando contra las políticas nefastas de Macri": una patada a Los “Gordos” y los “Independientes”, que han sido el pilar central de la gobernabilidad macrista. Los moyanistas del “hay 2019” fueron el pilar subsidiario.
Los Daer y los Gerardo Martínez consideran a Moyano su enemigo interno “número 1” y temen la posibilidad de sufrir en un futuro el acaparamiento de espacios sindicales por parte del camionero, como ocurrió a partir de su pacto con Néstor Kirchner en 2003 hasta 2011 cuando rompió con Cristina Fernández.
Alberto Fernández pudo percibir el descontento y un reclamo de mayor equilibrio. Incluso, algunos de los gremios más fuertes de la central -Uocra, UPCN, Unión Ferroviaria, UTA, La Fraternidad- manifestaron su disconformidad con la elección de Axel Kicillof como candidato a gobernador.
Por ahora, ninguno de ellos amaga con abandonar su apoyo a un espacio bendecido por los sondeos; pero tampoco han aceptado formalmente la invitación de Sergio Palazzo para unirse a la Mesa Sindical del Frente de Todos. Por lo bajo no ocultan que sigue abierta la línea con Lavagna, por medio de Luis Barrionuevo, y con el ala peronista del gobierno a través de Miguel Pichetto.
El flamante candidato a vice de Macri fue durante estos años, como jefe del bloque de Senadores del PJ, un interlocutor permanente de la burocracia sindical y uno de sus primeras misiones es reforzar la raquítica pata sindical oficialista, encabezada por una de las 62 (se dividió en tres), que responde a Ramón Ayala, heredero del “Momo” Venegas en Uatre.
El primero en saludar la designación de Pichetto fue el petrolero Guillermo Pereyra, del MPN, un aliado de peso del macrismo y pionero de la entrega de los convenios colectivos. Ambos se cruzaron en el pre-coloquio de Idea en Vaca Muerta. Algunos gremios del transporte aún deshojan la margarita.
En el campo de los sindicatos kirchneristas también abundan los codazos. Tanto que cada sector está negociando sus lugares por separado. La Corriente Federal pretende cuatro cargos y ya nominó a quienes los ocuparían: Pablo Biró, del sindicato de Pilotos, y Palazzo, para diputados nacionales; y Carlos Ortega (trabajadores de Anses-Apops) y Hernán Escudero (Sadop), para la Legislatura provincial.
Moyano, por su parte, pretende colocar a sus hijos Pablo y Facundo (cuyo mandato como diputado vence este año). “No sólo vamos a acompañar en la calle y con los votos, sino también en las listas: provinciales, nacionales y de cada distrito", adelantó Pablo, muy necesitado de fueros, habida cuenta de su complicada situación judicial por la causa Independiente.
Los Sindicatos en Marcha por la Unidad Nacional (Semun), liderados por la Unión Ferroviaria de Sergio Sasia, y Luz y Fuerza al mando de Guillermo Moser, conscientes de la dificultad de morder algo por ahí han definido otra estrategia: “nosotros no solicitamos candidatos. Después de las elecciones nos deberán escuchar… queremos aportar experiencia en los ministerios o secretarías…”.
En resumen, el trajín mendigando cargos por parte de todas las alas de la burocracia sindical expresa una realidad. La fragmentada burocracia sindical es un apéndice de las listas fondomonetaristas y antiobreras que integran las distintas alas del peronismo. El reagrupamiento de la vanguardia obrera en el FIT Unidad reforzará la batalla contra la burocracia, por una nueva dirección clasista del movimiento obrero. Formemos comités de apoyo en todos los gremios.