Políticas

8/5/2020

Cipolletti, de la crisis sanitaria a la crisis social

La provincia de Río Negro ha sido noticia en las últimas semanas como consecuencia del aumento sostenido de casos de Covid-19, llegando a estar en el pelotón de las cinco jurisdicciones consideradas de riesgo por la transmisión comunitaria del virus.


La ciudad de Cipolletti, en particular, fue considerada junto a otros tres centros urbanos de la provincia como los de mayor riesgo dado la cantidad de casos y la permanencia en nuevos infectados.


Particularmente esta situación en la ciudad estuvo marcada por la explosión de casos que tuvieron lugar a partir de la no implementación del protocolo sanitario correspondiente y de la falta de insumos de seguridad e higiene en la clínica privada conocida como sanatorio Río Negro, lugar en el que se contagiaron pacientes y personal de la salud que allí se desempeña.


Este hecho, que se intentó invisibilizar por las autoridades provinciales y municipales, solo pudo ocurrir por un lado por la escasez de inversión de la clínica para proteger a pacientes y trabajadores/as, y por otro por la falta de control hacia estas instituciones por parte del área de salud pública, que desfinancia permanentemente a los hospitales en beneficio de los emprendimientos privados de salud.


Esta crisis sanitaria que vive la provincia, y en particular estos cuatro centros urbanos, llevó a que el municipio de Cipolletti tomará la decisión de sitiar la ciudad, bloqueando con tierra muchos de sus accesos y convirtiendo a la ciudad en un nuevo gueto del Covid-19.


Esta decisión generó una crisis social que anticipa nuevos choques entre el municipio y la población que ya venía sosteniendo una durísima cuarentena en condiciones de gran precariedad económica.


Muchos barrios y asentamientos quedaron doblemente excluidos de la ciudad, dificultándose el arribo de ambulancias y bomberos en casos de urgencias, y acosados mayormente por las fuerzas represivas a la hora de salir en busca de alimentos y medicamentos.


La política del municipio y la provincia, ambos del partido provincial Juntos somos Río Negro, fue y sigue siendo la de responsabilizar por el aumento de casos a las/os trabajadores que se ven obligados a romper la cuarentena en busca de un trabajo. Es sencillamente una vil maniobra que intenta ocultar la falta de inversión en salud pública como consecuencia de los permanentes préstamos contraídos por el Estado frente a su bancarrota económica y la imposibilidad actual de pagarlos. 


Hoy a casi una semana del cierre de la ciudad y bajo la presión nacional de los sectores concentrados del capital, el municipio comienza a liberar algunas barricadas, desconociendo el fracaso de todas las iniciativas tomadas dado que el número de casos no ha dejado de crecer, ingresando ahora el Covid-19 a los asentamientos populares, los cuales carecen en muchos casos hasta de agua potable.


Es claro que hoy la salida pasa por disponer de todos los recursos económicos de la provincia para ser destinados a frenar el avance de este virus, centralizando bajo control de las/os trabajadores todos los centros de salud privada y dejando de pagar la deuda provincial espuria que imposibilita la inversión en los hospitales públicos.


El Partido Obrero de Río Negro se apresta a continuar interviniendo en este proceso mediante la clarificación de que no existirá ninguna salida a la acuciante situación sanitaria en el marco de la conciliación con los gobiernos patronales responsables.


En esa tarea militante estamos embarcados, organizándonos para luchar por un subsidio al desocupado de $ 30.000, para imponer la prohibición de suspensiones y despidos, para que los testeos sean masivos y por la centralización única del sistema de salud, todo lo cual solo podrá lograrse mediante el no pago de la deuda provincial a los buitres financieros amigos de los gobiernos.