Citibank: ¿Quién financia a quién?

Seguir
“El año pasado, por primera vez, las ganancias del Citicorp en los países en desarrollo fueron mayores que sus pérdidas en los países desarrollados, y la diferencia entre los beneficios en los primeros y las pérdidas en los segundos no fue pequeña: nada menos que 729 millones de dólares” (Gazeta Mercantil, 25/1).
Las ganancias del Citi en los países atrasados, según el informe, crecieron un 50% sólo en los últimos dos años, pasando de 285 millones de dólares en 1988 a 430 millones el año pasado. Los especialistas revelaron que “las operaciones en moneda local y los servicios al consumidor en el exterior son la parte más lucrativa del (franchise) Citibank”. “El banco –continúan- es especialmente lucrativo en las operaciones con monedas locales”, es decir, con la especulación contra el dólar y las corridas cambiarías, con las inflaciones e hiperinflaciones, con el manejo de los títulos de la deuda interna y con la monopolización del ahorro y del crédito interno. El Citi, en resumidas cuentas, ha obtenido suculentos super-beneficios (“la parte más lucrativa”) del conjunto de bicicletas financieras que los gobiernos “nacionales” han instrumentado, pauperizando a las masas del “Tercer Mundo”, desquiciando sus finanzas públicas y motorizando una fenomenal fuga de capitales de cientos de miles de millones de dólares a los países imperialistas.
El balance del Citi pone en evidencia la magnitud del saqueo de la banca imperialista sobre los países atrasados y, al mismo tiempo, la profundidad de la crisis financiera mundial.
Pero después del balance del Citi, ¿qué queda de la remanida tesis según la cual “los bancos pierden plata con el Tercer Mundo’”?
Las enormes ganancias obtenidas por el Citicorp en los países atrasados le permitieron a su directorio tapar el verdadero “agujero negro” de sus pérdidas en los mercados yanki, europeo y japonés. Las ganancias en estos mercados -que en 1988 alcanzaban los 810 millones de dólares- se desplomaron en los dos últimos años. En 1990 las pérdidas alcanzaron los 300 millones de dólares a causa de la incobrabilidad de los créditos hipotecarios -ante la caída del valor de los inmuebles en Estados Unidos y Japón-, el hundimiento de la especulación financiera y bursátil en Wall Street y Tokio y la recesión mundial.
Las crecientes pérdidas del Citibank en estos mercados llevaron a los analistas -ya en abril- a degradar la valuación de los activos del Citi y a los especialistas financieros a editorializar sobre su “deficiente situación de capital”, algo que equivalía a dictar una verdadera condena de muerte... a término. El Citi es el principal banco yanqui y su debilidad traduce la de todo el sistema financiero norteamericano. No debe extrañar, entonces, que “Taiwán, que posee una de las mayores reservas de divisas extranjeras en todo el mundo, haya retirado la mayoría de sus depósitos de los bancos comerciales de Estados Unidos a causa del temor a la caída de los bancos norteamericanos”(lnternational Herald Tribune,15/1) por nada menos que 35.000 millones de dólares ¡El Citibank, el Morgan, el Manufacturers Hanover y otros grandes bancos yankis se han convertido, a los ojos de los grandes inversores mundiales, en vulgares “bancos Alas” de los que hay que escapar rápidamente!
“América Latina es una región clave para la red mundial del banco” reconoce uno de los capitostes del Citi. Los acreedores corren a saquear los países atrasados de la mano de las burguesías nacionales para defender sus dividendos, atenazados por la crisis capitalista.