Ciudad de Buenos Aires: un balance para abrir un debate
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Las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires marcaron el punto más alto de rechazo al gobierno nacional. El macrismo logró recuperar sus mejores resultados y superó el 50% de los votos. Es cierto que fueron las comunas de la zona norte donde esta tendencia fue más aguda, con porcentajes que llegan casi al 70%. Pero incluso en la zona sur, donde viven los sectores más explotados de la Ciudad, el macrismo logró imponerse. Este triunfo aplastante contrasta con lo ocurrido en el balotaje del 19 de julio pasado, cuando Rodríguez Larreta casi pierde frente a Lousteau.
Sería aventurado afirmar que este resultado deja atrás la crisis social que vive la Ciudad y que en esa oportunidad se puso de manifiesto. Sólo que esta elección estuvo cruzada por otra agenda: la disposición de la inmensa mayoría del electorado porteño de derrotar al kirchnerismo. La bancarrota económica actual afecta de manera peculiar a todas las clases sociales de la Ciudad. El cepo cambiario ha paralizado la construcción y la compra y venta de propiedades, afectando de manera distinta a los especuladores inmobiliarios como a quien pretende comprar o alquilar una vivienda para vivir. También han votado contra el kirchnerismo quienes se ven afectados por el impuesto al salario o quienes sufren la parálisis del comercio como resultado de los bajos salarios.
La menguada votación obtenida por el oficialismo nacional prueba su incapacidad para canalizar la crisis social de la Ciudad. Esto ya había ocurrido en las elecciones locales, cuando Recalde quedó fuera del balotaje. De fondo, marca a fuego el carácter conservador del kirchnerismo, que ha cogobernado con el macrismo en la Legislatura, siendo socio menor de los negocios inmobiliarios. La candidatura de Scioli sepultó cualquier veleidad progresista, algo que se confirmó luego con los anuncios de ministros para su posible gabinete. En síntesis, los porteños no le hicieron caso a Horacio González y no se taparon la nariz para votar por la fórmula Scioli-Zannini.
Massa tampoco pudo crecer, lo cual indica una desautorización de sus planteos reaccionarios, especialmente los levantados en materia de seguridad. Mientras el macrismo explotó una línea democratizante desde la derecha, Massa quiso correrlo con el Código Penal en la mano. Marcamos este dato porque habla a las claras del carácter contradictorio del voto recibido por el macrismo y que está lejos de ser identificado con un mero giro a la derecha. La lista de Stolbizer, por su lado, hizo una pobre elección sin lograr recoger los votos radicales que en las Paso habían votado por Sanz y Carrió. Su carácter de colectora del PRO hizo que este electorado se incline por la versión original. Victoria Donda, de Libres del Sur, sí logró un corte de boleta a su favor, con una campaña corrida a la izquierda de la de Stolbizer. Aunque ya en las Paso habían obtenido más votos que para presidente, lograron un crecimiento de un 30%.
El resultado del Frente de Izquierda en la Ciudad marcó una diferencia importante en relación con las Paso. En aquella oportunidad habíamos logrado más votos a presidente que a diputados, sumadas ambas listas que compitieron en la interna. Ahora, en cambio, tuvimos un leve retroceso en la categoría presidencial pero un crecimiento superior al 30% para diputados, con unos 106.000 votos (5,5%). El resultado supera incluso la muy buena elección que habíamos logrado con Marcelo Ramal en julio pasado. Sin embargo, no logramos el objetivo que nos habíamos propuesto de obtener una banca por la Ciudad. El voto de Zamora operó como un factor divisionista, algo que se sabía de antemano que iba a ocurrir. Sin embargo, la lucha contra él fue encarada sólo por nuestro partido.
La campaña realizada por el Frente de Izquierda en el distrito recayó íntegramente sobre nuestras espaldas. Fue una campaña militante, basada en desarrollar la agenda de los explotados de la Ciudad en todos los terrenos y apoyados con la acción que llevamos adelante desde la Legislatura. Se hicieron asambleas en barrios, actos de denuncia sobre la crisis habitacional, el enorme trabajo en los hospitales con el plebiscito por las seis horas de enfermería, un asado del movimiento obrero, agitaciones en las calles y reuniones y asambleas en locales. En la última impulsamos videos de trabajadores que desde sus lugares de trabajo llamaron a votar al FIT con un impacto importante. Gracias a esta campaña logramos recoger en la categoría de diputados los votos de la izquierda que no pasó las Paso, algo que no se logró en la categoría presidencial.
El no haber logrado el objetivo de obtener una banca marca, a la vez, la necesidad de profundizar el trabajo entre las masas explotadas de la Ciudad, reforzando un polo político de los trabajadores.