Políticas

11/6/2009|1087

Colapso de la deuda de Estados Unidos

Los bonos de Estados Unidos, el mayor emisor de deuda del mundo, están padeciendo una corrida de ventas. Su cotización cae y su rendimiento (la tasa de interés) sube. Este encarecimiento de la deuda estatal afecta a la deuda hipotecaria. Esto ocurre mientras los precios de la vivienda caen, crecen los despidos y el número de horas trabajadas, hay un derrumbe de ventas al consumo y se profundiza la recesión.

Hasta ahora, el déficit del presupuesto de Estados Unidos (subió de 400 mil millones de dólares a cerca de dos billones para finales de 2009) se ha financiado por compras de títulos por parte de gobiernos como el de China. El enorme caudal de reservas, que ya alcanza los 2 billones de dólares (y algunos analistas creen que superan los 2,3 billones) ha sido destinado a comprar bonos del Tesoro y bonos respaldados por hipotecas. La caída de los precios de estos bonos indica que este financiamiento se encuentra en crisis.

Alerta Roja

Con el déficit del presupuesto de este año la deuda pública norteamericana puede llegar a los 11,3 billones de dólares; el 80% del producto bruto. Si se le suma el déficit del Banco Central, que ha comenzado a pagar intereses por los encajes que recibe de los bancos, superaría el 100%. Es claro que una acentuación de la contracción económica llevaría la relación deuda/PBI a cerca del 120%.

En este marco, el Tesoro norteamericano necesita colocar 3.25 billones de dólares en 2009, la mayor emisión de la historia. Así, el financiamiento de la crisis financiera solo es comparable con el la deuda que generó la 2ª Guerra Mundial, cuando alcanzó el 122 por ciento del PBI (1946). Pero mientras que los gastos bélicos impulsaron la economía hasta duplicar el producto de Estados Unidos en pocos años, ahora, los fondos que financian los rescates del sector financiero, aceleran el retroceso de la economía. El resto de los llamados “países ricos” tiene que colocar deuda pública por unos 9 billones de dólares en lo que resta del año, más de 60 veces la deuda externa argentina.

Aumento del ‘riesgo-país’

Por eso, las “agencias de calificación” comienzan a descalificar los títulos de deuda y a emitir advertencias contra su emisión. Para S&P, las “perspectivas” de la deuda del Reino Unido pasó de “estable” a negativa. Bill Gross, el gerente de Pimco, el mayor fondo de bonos, que administra 154.000 millones de dólares, advirtió “que Estados Unidos perdería eventualmente su calificación crediticia AAA”. Esto no solamente implicaría un derrumbe de la cotización de la deuda norteamericana sino una huída del dólar. El secretario del Tesoro, Geithner, ha tenido que prometer a los chinos, en un viaje reciente, que el gobierno de Obama seguiría empeñado en mantener la política del ‘dólar fuerte’. No trascendió cómo lo logrará.
En lo que fue calificado como un “Pánico en el mercado de deuda”, el bono a 30 años ha caído desde la cumbre de 142,3 dólares, un 20 por ciento seis meses. Los rendimientos de esta emisión subieron desde un interés de 2,52% en diciembre hasta los actuales 4,61% – un 80%.
Este aumento se ha traslado a los bonos hipotecarios, cuyas tasas de interés llegaron al 4,70 por ciento en esta semana, encareciendo la refinanciación de los créditos para la vivienda impagos. También aumento las tasas de la deuda de las empresas.

Este aumento de las tasas de interés de los bonos públicos y privados se produce a pesar de que la Reserva Federal ha instrumentado un plan de recompra de deuda pública por 300.000 millones de dólares para evitar estas subas. Estamos ante una corrida contra el Tesoro y contra el Banco Central.

El aumento del riesgo de la deuda se esparce

Los bancos centrales de todo el mundo tienen en sus reservas bonos en dólares que se están desvalorizando con gran velocidad. Por caso, Brasil cuenta en sus reservas con 150 mil millones de dólares en bonos del Tesoro -el 70% de sus reservas. Si los bonos fueran de la serie de 30 años, que se desvalorizaron un 20% desde diciembre, habrían registrado una pérdida de 30.000 millones de dólares.

Argentina ha vendido las reservas en oro (los “Argentinos”) durante la gestión de Menem para comprar bonos del Tesoro. O sea que las reservas de Argentina, los 46.000 millones que se informan, han caído por la depreciación de la deuda norteamericana.

Los famosos bonos del Tesoro han dejado de ser ‘un refugio’ para convertirse en un difusor de la crisis. Estamos ante la economía política de la bancarrota capitalista.

Nicolás Roveri