Políticas

20/6/1996|499

Colapso de la ‘reforma educativa’ y rebelión docente

Los indicios sobre el fracaso de la reforma educativa son muchos, más bien abrumadores, y se manifiestan en todo el país.


La  tentativa de ‘articular’ entre los primarios y secundarios para poner en práctica  el tercer ciclo de la EGB (que comprende el actual 7º grado y los dos primeros años del ciclo medio), ha terminado provocando  una desarticulación completa del sistema educativo. Los directores de la primaria deben hacerse cargo de la gestión de la enseñanza y, por sobre todo, de la responsabilidad civil por alumnos que se encuentran en otro edificio.  Establecimientos secundarios que cuentan en la actualidad con16 divisiones, han sido obligados a ‘articular’  con primarios de apenas dos o  tres grados, y también ha ocurrido el caso inverso.


Como si esto no fuera suficiente, luego de batir el parche sobre la formación y  la jerarquización  de la función  docente, se ha decidido suspender hasta  nuevo aviso la capacitación del personal directivo  para el ciclo final de la EGB.


¿Hacen falta, acaso, más pruebas sobre la total improvisación, el caos y  descontrol que reina en materia educativa? Antes de que la política oficial hubiera caído bajo el embate de los docentes, está sucumbiendo bajo el peso de sus propias contradicciones y, en especial, de su artificialidad y burocratismo. La  ‘reforma educativa’, aun en sus términos actuales, necesita de recursos, lo cual choca con el colapso de las finanzas públicas y el hundimiento del ‘plan Cavallo’.


“Tierra arrasada”


Susana Decibe, flamante ministra de educación nacional, acaba de anunciar la implantación de una prueba de aptitudes y conocimientos al final de la escuela secundaria. Diez días antes, se había pronunciado  en favor de imponer “cupos de ingreso” a la Universidad.


El imperativo de la política menemista  está dictado por su  necesidad de derivar  el presupuesto nacional al pago  de los ‘fondos reservados’ para los capitalistas y, fundamentalmente, para el pago de la deuda externa. Por eso, no se puede dar el lujo de aguardar los resultados de la aplicación  progresiva de la ley de educación. Ha pasado, entonces, tanto en el lenguaje como en la acción, al limitacionismo directo, sin subterfugios. La iniciativa ministerial  no podía dejar de agitar las aguas ya revueltas y ya ha desatado una crisis, como lo revela la negativa de la provincia de Buenos Aires a poner en marchar el llamado “examen de egreso”.


Rebelión docente


Frente a este cuadro, se ha desatado una rebelión docente en diferentes puntos del país y que incluye al propio cuerpo directivo. Un  pujante movimiento de autoconvocados ha surgido en la zona  de San Martín y Tres de Febrero del Gran Buenos Aires. Al margen de Ctera, ha puesto en pie de lucha a sus distritos, elegido delegados, establecido una coordinación entre los diversos colegios y diferentes iniciativas de movilización. Ha definido, asimismo, un programa que, entre otros puntos, reclama que se respeten los niveles de primaria y secundaria, defienda la escuela media y técnica, rechaza la modificación del Estatuto del docente, se opone al cierre de cursos, exige la libre organización de los centros de estudiantes, un salario de 700 pesos y la no aplicación y derogación de la ley federal.


La sangría que se está operando en el sistema educativo exige la anulación de la reforma educativa y que consejos electos por los docentes asuman la salvaguarda y reorganización de la educación.


Movimientos similares a los de San Martín y Tres de Febrero se han producido en Bahía Blanca, en Mar del Plata, en Mercedes y en otros distritos del Gran Buenos Aires. En el interior del país se viene desarrollando  una tendencia de lucha general: Río Negro, con paros y movilizaciones semanales; Santa Cruz, con la resistencia a la evaluación lanzada por el Ejecutivo provincial; Tucumán, con su rol protagónico en la pueblada contra Bussi.


Ctera no sólo estuvo al margen de estas luchas, sino que intervino para estrangular al movimiento, como acaba de ocurrir en Neuquén  donde  el sindicato provincial (ATEN) aceptó la propuesta de reducción salarial  reclamada por el gobierno de Sapag.


La conclusión que se impone es clara. Es necesario tomar resueltamente la iniciativa. Autoconvocarse, organizar coordinadoras y plenarios abiertos, resolver iniciativas de movilización, reclamar la convocatoria de Congresos de Bases a los sindicatos y a Ctera.


Llamamos a los movimientos de autoconvocados de los diferentes distritos a impulsar en común la convocatoria de un Plenario Provincial de Autoconvocados, con delegados elegidos y mandatados por asamblea, para poner en marcha un gran movimiento de lucha común y derrotar la reforma educativa.