Políticas

18/12/2008|1068

Colapso sanitario en la provincia de Buenos Aires

Los médicos nucleados en la Cicop, vienen realizando un plan de lucha. Reclaman que Scioli cumpla los "acuerdos" de las últimas paritarias. Los paros en los 77 hospitales de la provincia tienen un alto porcentaje de acatamiento. El principal reclamo del sector, es la apertura inmediata de 700 nuevos cargos y el pase a planta permanente de becarios.

En los hospitales públicos de la provincia no sólo falta personal médico, también falta la escalofriante suma de 4.400 enfermeros.

La carrera de enfermería de la Universidad Nacional de La Plata cerró su inscripción durante 2008, y su reciente apertura tiene un cupo impuesto de 60 alumnos. La única alternativa para los que quieran estudiar enfermería es concurrir a la universidad privada, donde los aranceles son altísimos.

Además de la restricción en el ingreso de las carreras paramédicas, es ya conocido por la lucha de los estudiantes, el exigente examen de ingreso de las carreras de medicina en todas las universidades del país. Para justificar esta política, los gobiernos siempre han declarado que se le exige mucho al ingresante, pues "no cualquiera puede ser médico, ya que se trata de salvar vidas". Con estas políticas limitacionistas no han hecho más que favorecer a la enseñanza privada. La vida de las personas se encuentra en peligro por falta de profesionales.

Cae de maduro la necesidad de un plan de emergencia sanitaria, que cree los 700 nuevos cargos que exige el gremio de médicos de la CTA, el pase a planta de becarios, la triplicación de los salarios de enfermeros, la inmediata apertura de la carrera de enfermería sin cupos ni limitaciones, de forma totalmente gratuita.

Los sucesivos gobiernos ya han demostrado que sus políticas ponen en riesgo la salud de la población. Los trabajadores estatales, tanto médico como paramédicos, y el conjunto del movimiento estudiantil deben ponerse a la cabeza de la defensa de estas reivindicaciones, pues está claro dónde terminan las tendencias privatistas de la educación, no sólo en el negocio sino en el cementerio.

Laura Kohn