Políticas

12/3/1992|352

Cólera: El gobierno nos lleva a la tragedia

El ministro de Bienestar Social, Julio César Aráoz se vale un arbitrarlo cotejo entre el número de afectados por el cólera que el gobierno esperaba para principios de marzo (tres mil) y la cantidad que señalan las cifras para esta fecha (205) para concluir que el brote estarla "focalizado", gracias - claro está "a la eficaz acción del go­bierno"

El subdirector de Microbiología del Instituto Malbrán, Emilio Santabaya denunció, sin embargo, que las mues­tras de agua potable de la red de distri­bución extraídas en los partidos bo­naerenses de La Matanza, Morón, Bella Vista y Florencio Varela (el ochenta por ciento del Gran Buenos Aires) están contaminadas del “scherlchia colli”, es decir de materia fecal, principal vehículo de contagio del cólera.

“Jabón y lavandina”

La grave denuncia del jefe módico pone al descubierto que lejos de estar “localizada" la epidemia amenaza ex­tenderse a un nivel todavía mayor que el previsto. Las estimaciones de la epi­demia basadas en las zonas sin redes de agua potable, se cifraban en “más de diez millones de personas". Con la contaminación de las redes de agua potable, el riesgo de contagio masivo se multiplica considerablemente.

En este contexto, la reciente afirma­ción del secretario de Salud de la Nación, Alberto Mazza de que “con Jabón y lavandina las escuelas que­dan aptas para el dictado de clases” lucen absolutamente irresponsables. Las denuncias de los vecinos de que los tanques de agua de las escuelas están contaminados por falta de lim­pieza, es una prueba irrefutable de la incapacidad del aparato del estado menemista para hacer frente a la situa­ción. Las declaraciones del ministro de Obras Públicas bonaerense, Eduardo Quiñones, negando la realidad de lo denunciado por el Malbrán, amenaza convertir a la incapacidad del gobierno en una responsabilidad criminal.

Control Popular

Para el gobierno, el cólera es asun­to de jabón y lavandina, los dólares pueden seguir su flujo hacia los ban­queros usurarios. Se insiste por televi­sión en que el problema es la higiene. Pero sin obras públicas, cloacas, redes de agua potable confiables, presu­puesto de salud, alimentación y habi­tación adecuadas, el cólera avanzará Inexorablemente. El tema es el propio capitalismo que ha contaminado las aguas y los ríos. Va en 1961, en la llamada “Carta de Punta del Este", los gobiernos de América Latina reco­nocieron que debía proporcionarse en diez años agua y alcantarillados para el 70 por ciento de la población urbana y el 50% de la rural, lo que no se hizo. En 1984, un estudio de la calidad de agua potable demostró que el 75 por ciento de las aguas ofrecidas estaban contaminados, en distintos grados. El Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos demostró, en 1991, que la principal ruta de transmisión del cólera en las ciudades peruanas de Piura y Trujillo ¡¡era la red municipal de agua potable!! (Cronista, 2/3).

Todo esto indica que, lejos de estar focalizada, la epidemia de cólera está más “desparramada” de lo que las in­formaciones, oficiales y extraoficiales, pronosticaron o están dispuestas a admitir.

El gobierno no ha tomado ningu­na medida presupuestarte para ha­cer frente a la epidemia. Peor aún. El reciente acuerdo con el FMI incre­menta el excedente fiscal que el gobierno se ve obligado a generar para pagar los Intereses de la deuda externa.

La necesidad de la organización en barrios, fábricas, escuelas y hospitales para ejercer el control de las medidas necesarias para evitar la propagación de la epidemia es más imperiosa que nunca. Ni un gramo de confianza en las informaciones oficiales. Ni una escuela debe comenzar sus clases si no es sobre la base de un informe objetivo (del Instituto Malbrán o análogos) so­bre la calidad de sanitarios y red de agua. Provisión de los fondos necesa­rios (aumento del 100% del presupues­to), en hospitales y centros de salud.

Estas son algunas de las medidas que ya deben exigirse.

No hay que tener miedo, sino — como dice el gobierno en su cam­pana— hay que tener cuidado. Sí, hay que cuidarse decididamente de la política qué el gobierno está llevando adelante.


El FMI, primero

El cólera es una epidemia anun­ciada. A pesar de esto el gobierno redujo la inversión pública en 1991 en 2.600 millones de dólares, afec­tando por sobre todo el rubro salud.

Pero aún ahora, cuando el cólera ya se ha declarado, el presupuesto para 1992 reduce todavía más los fondos destinados a cloacas, agua potable e infraestructura hospitala­ria.

En efecto, el acuerdo que acaba de firmar el gobierno con el FMI exige la obtención de un "superávit primarlo que alcance un prome­dio de 3.300 millones de dólares anuales sin Incluir privatizacio­nes'’. El "superávit primarlo " es el excedente de ingresos sobre gas­tos, que es destinado al pago de la deuda externa. El compromiso con el Fondo significa un incremento del 200% respecto a 1991.

El acuerdo con el FMI imposibili­ta cualquier acción del gobierno contra el cólera. El “ajuate" menemista incluye, a partir de aquí, la supresión física de varios miles de argentinos. Toda la función de la propaganda oficial para la preven­ción del cólera es una simple cortina de humo para ocultar una política criminal.


Villa 21 - Barracas: "El cólera no espera"

Desde el viernes 28/2 los vecinos de Villa 21 de Barracas están movilizados, realizando un corte de la Avenida Iriarte, para reclamar medidas básicas de sanea­miento contra la epidemia de cólera.

El pliego de reivindicaciones reclama el desagote de pozos ciegos, la fumigación del barrio, la eliminación de los numerosos basurales ilegales que rodean la zona y la provisión de agua potable para los chicos, así como el comienzo de las obras elemen­tales de salubridad y prevención de enfer­medades, red cloacal y de agua corriente, pavimentación.

En el corte de Iriarte (asambleas de 300 vecinos) las pancartas de los vecinos dicen “el cólera no espera“. El municipio se ha limitado a mandar un camión atmosférico, que en una semana, no llegó a destapar los pozos de una manzana.

El Partido Obrero ha llamado a los veci­nos y trabajadores de empresas de la zona a participar y solidarizarse con esta lucha contra el cólera en la Capital.


Tafí Viejo

Treinta vecinos del barrio Reconquista Sur, de Tafi Viejo, en Tucumán decidieron organizarse para imponer la erradicación de un basural que es usado por la municipa­lidad como vaciadero. Este basural es un foco infeccioso, que se agravó con las últi­mas inundaciones. Con la anterior intendencia los vecinos se habían movilizado para impedir que los camiones de la muni­cipalidad siguieran descargando basura, pero solo se logró que la Intendencia fumi­gara por un tiempo el basural. Ahora, con la llegada del cólera, los vecinos se han auto-convocado para organizar una campaña de denuncia pública y una movilización a la Intendencia.

Corresponsal