Políticas

24/5/2022

Comercio Interior: se va Feletti, tras siete meses de fracasos del gobierno

El kirchnerismo prefiere “hacerse a un lado” para que Guzmán aplique el ajuste con su nuevo secretario Guillermo Hang.

Roberto Feletti.

El ahora exsecretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, presentó su renuncia al cargo que ostentaba, luego de que Alberto Fernández ordenara el traspaso de su secretaría al ámbito del Ministerio de Economía. El paso del secretario cristinista al entorno de Martín Guzmán precipitó su renuncia: el kirchnerismo intenta desvincularse por completo de la crisis de la inflación, haciéndose a un lado para que Guzmán aplique el ajuste y cargar las tintas contra el ministro de Economía.

Los siete meses de gestión de Feletti son una muestra del fracaso de las “políticas de control de precios” y el desfile de “canastas”, del gobierno, para revertir o atenuar las consecuencias de la política económica de un gobierno embarcado en el acuerdo con el FMI. Además, implica allanarle el camino al gobierno para una ofensiva ajustadora en materia de precios, algo que tendrá lugar con la designación de Guillermo Hang, personal directo de Martín Guzmán.

El exsecretario ya había deslizado parcialmente esta realidad, cuando preparaba su salida, al señalar que “bajar la inflación implica macroeconomía y política económica” y que lo que a él se le reclamaba en Comercio Interior era un milagro. Lo dice ahora, tras siete meses de deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores y de carencias alimentarias de millones de personas.

“Controles” y canastas

Feletti asumió en octubre del 2021, tras la salida de Paula Español, en medio de la crisis política del gobierno por la derrota electoral en las Paso y “pateando la puerta” con un Congelamiento de Precios de 90 días, que fue enfrentado y desconocido por las patronales, sin ninguna consecuencia práctica.

Al tiempo que se desenvolvía esta “medida de emergencia” para frenar el retroceso electoral del gobierno, Comercio Interior trabajaba en el desmantelamiento del programa Precios Máximos, que culminaría a principios de enero y, junto a la caída del Congelamiento de Precios, implicaría un viraje de la reciente “fijación de precios” de referencia al “acuerdo de precios” con las patronales: una de las demandas del FMI.

Feletti presenta como saldo favorable la duplicación de productos del programa Precios Cuidados, que pasaría a actualizarse con aumentos periódicos “consensuados”, omitiendo el desmantelamiento de los programas predecesores, en línea con la orientación económica más general que ahora dice no compartir.

El lanzamiento de sucesivos “acuerdos” y “canastas de precios” en carnes, frutas, verduras y bienes de consumo masivo no impidió en nada la escalada acelerada de los precios, particularmente en los alimentos, que subieron por arriba de la media, y se supone representan el centro de toda esta política de “canastas” y “controles”. En sus siete meses la inflación acumuló un alza de 37%, en general, y 41% en los alimentos.

Las medidas de Comercio Interior fracasaron una tras otra. Precios Cuidados, programa insignia de la secretaría, solo llega a los grandes supermercados (el 30% del consumo), lo que incluso ha servido para destruir a los pequeños comercios y almacenes ante una pérdida de la clientela, que busca acceder a precios de oferta para que la plata rinda más. Lo que también ha dado lugar a desabastecimiento de las empresas y distintas maniobras para desentenderse de los precios “acordados”.

Toda la política de Feletti ha fracasado y ha sido insuficiente, incluso, para satisfacer la agenda del FMI. La última de estas medidas, el fideicomiso del trigo, no ha sido más que una cortina de humo mientras los exportadores embolsan millones de dólares con precios internacionales por las nubes.

Todo el poder a Guzmán

La salida de Feletti se da en medio de la interna oficialista. Sin embargo, el empoderamiento de Guzmán como ejecutor de la política económica no encuentra resistencia de parte del kirchnerismo. Este último ha preferido “hacerse a un lado” con la intención de que el ministro albertista reciba todos los golpes de las consecuencias del plan fondomonetarista, pero sin torpedearlo. Por eso los cristinistas Basualdo y Bernal comunicaron que no bloquearán el tarifazo, y tampoco dejarían sus puestos. En última instancia, es otra capitulación en la supuesta guerra contra los “formadores de precios”.

Feletti se va de Comercio como resultado del agotamiento de su gestión, ante la necesidad de Alberto Fernández de avanzar en una mayor desregulación de precios y tarifas. La crisis interna del gobierno se expresa como un síntoma de la crisis que produce la aplicación del acuerdo con el FMI, que demanda un cambio de las políticas “estancadas”.

El nuevo secretario, Hang, será la política de Guzmán, y el FMI, sin traducciones ni intermediaciones, lo que vaticina que no se apartará mucho de libreto oficial. Feletti y el kirchnerismo se retiran de este frente parcial sin desenvolver la crisis a fondo, dejando que el Alberto y Guzmán hagan y deshagan a su antojo: una muestra más de la incapacidad del kirchnerismo para enfrentar el pacto con el FMI.

El gobierno, más aún en su etapa de crisis interna, ha mostrado sus cartas en el asunto y no tiene nada que ofrecer para los trabajadores, mientras prepara más ataques antiobreros. La primera lucha contra la inflación y los precios debe desenvolverse en el plano político, contra el acuerdo con el FMI y sus consecuencias sobre la población trabajadora.