Políticas

30/6/2023

Cómo organizará las relaciones internacionales un gobierno de la izquierda, después de romper con el Fondo

El programa presentado por la lista Unidad de Luchadores y la Izquierda.

Foto: Andrés Ojo

Suele decirse que la política exterior de un gobierno es una prolongación de su política interna. El alineamiento del gobierno argentino con los Estados Unidos en los foros internacionales (por ejemplo, en relación a la guerra en Ucrania) tiene mucho que ver con el acuerdo establecido con el Fondo Monetario Internacional, piedra angular de toda la política económica doméstica.

El ministro Sergio Massa, candidato del oficialismo, tiene estrechos vínculos con la embajada estadounidense.

Pero cómo organizaría las relaciones internacionales un gobierno de la izquierda, que rompería con los dictados del Fondo?

Un gobierno de la izquierda “proclamará, abiertamente, su rechazo a la guerra imperialista y a la injerencia de las potencias extranjeras en los asuntos internos, sean económicos o políticos, de nuestro país como de cualquier otro país del mundo. Desde esa comprensión, reafirmará su rechazo a la ocupación de las Islas Malvinas por parte del imperialismo británico y la Otan, a la Base Espacial China instalada en Neuquén y la injerencia norteamericana en los asuntos argentinos y latinoamericanos”, señala en su punto 7 el programa de gobierno de la lista Unidad de Luchadores y la Izquierda del PO-MST presentado el jueves en el Teatro Picadero.

“El principal aliado del nuevo Estado serán los trabajadores y pueblos del mundo”, añade el documento.

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No es una simple declamación sino el modo de conducta de la izquierda revolucionaria. Ante el reciente golpe de Estado en Perú, mientras Estados Unidos y la mayoría de los gobiernos latinoamericanos reconocían al gobierno criminal de Dina Boluarte, responsable de decenas de crímenes contra manifestantes, la izquierda se sumó a las movilizaciones solidarias de la comunidad peruana en Argentina y denunció el golpe con un acto frente a la cumbre de la Celac en Buenos Aires.

También estuvo en la primera línea de la denuncia del golpe de Estado en Bolivia, mientras que, al revés, Macri y Bullrich enviaban armas a la dictadura de Jeanine Añez.

Un gobierno de la izquierda, además, “propiciará iguales derechos sociales y políticos para los trabajadores migrantes que habitan nuestro país”, quienes se encuentran sometidos a la discriminación, la persecución y la superexplotación laboral.

Finalmente, pero no menos importante, “a diferencia del Mercosur, que ha servido para cobijar los intereses de las grandes monopolios internacionales y de las burguesías nacionales”, un gobierno de la izquierda tendrá como orientación “la unidad socialista de América Latina, a través de una Federación de Repúblicas obreras y campesinas”.