Con De la Sota la crisis no tiene fondo
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General Motors acaba de cerrar su planta dejando en la calle a 250 trabajadores, El operativo fue ejecutado en complicidad con la burocracia del Smata y provocó la fingida sorpresa del gobernador De la Sota (había hecho de la radicación de la planta una de sus banderas electorales). Casi en paralelo, los datos preliminares de la Encuesta sobre Desocupación del Indec revelaron una nueva caída del empleo en Córdoba (1%) en el período junio/agosto, que corresponde prácticamente por entero a la gestión del gobernador “del empleo”. De mayo del ‘98 a mayo del corriente año, la desocupación en el Gran Córdoba creció del 12,5 al 14,2% y el grueso de este salto correspondió a los despidos (retiros forzosos, en muchos casos) en la industria automotriz y de autopartes.
Fiat, que anunció la producción del Duna y el Uno en la planta de Córdoba a costa del cierre de Diasa en Berazategui, acaba de informar el levantamiento de su planta de motores diesel, derivándolos a Perkins, provocando 234 despidos. Aunque a estos compañeros “se les ofrecería la posibilidad de ingresar a trabajar como dependientes de Perkins SA” (La Voz, 16/7) sería con otro salario y otras condiciones de trabajo. De todos modos y según los compañeros de planta, éste sería sólo el inicio de un plan que también llevaría a la ‘tercerización’ de ensamblaje y pintura.
Fiat, Perkins, General Motors: las patronales están utilizando la crisis como un arma contra los trabajadores, principalmente para imponer la flexibilidad laboral y la rebaja de salarios, apelando a contratistas que, en la mayor parte de los casos, esconden a la propia gran patronal.
Pero según un asesor de empresas: “el crack en Córdoba se notará especialmente en los próximos meses, cuando termine el Plan Canje, ya que además de la caída de las ventas a Brasil, nuestro principal cliente, comenzará el efecto dominó en el ámbito mundial” (La Voz, 4/7). En un acta firmada en la Secretaría de Industria, las terminales (Adefa) “se comprometieron a no despedir personal comprendido en los convenios laborales suscriptos con la UOM y el Smata ni a modificar las actuales condiciones laborales (sólo) hasta el 31 de enero”. Pero el compromiso “no incluye la posible suspensión temporaria de personal”. Es decir, la crisis, en el marco del gobierno capitalista de De la Sota, no tiene fondo.