Según un informe difundido por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) las ventas minoristas se desplomaron en los primeros dos meses del 2024, con una retracción interanual promedio en febrero del 25,5%, como resultado de la drástica caída del poder adquisitivo de los trabajadores debido al ajuste que impulsa el gobierno de Javier Milei.

Los datos publicados dan cuenta de la evolución de siete rubros analizados, donde en seis de ellos tuvieron una clara caída interanual –la excepción fue Textil e Indumentaria con una leve suba del 3,5%. La muestra alcanza unos 1.350 comercios minoristas de todo el país que sigue el Índice de Ventas Minoristas Pymes de la Came.

Entre las caídas más abruptas se encuentra el rubro sensible de Alimentos, donde las ventas bajaron un 33,3% anual en febrero, con una caída acentuada del 35,2% en el acumulado de los dos primeros meses del 2024.

Se destaca el pasaje de los consumidores a segundas y terceras marcas, de precios inferiores, y una disminución tanto en las cantidades como en el apartamiento de ciertos productos, donde priman las bebidas no alcohólicas y la carne.

En otro rubro importante, el de los consumos en Farmacia, las ventas cayeron un 39% anual y acumulado preocupante de 42,4% en enero y febrero. Según empresarios del sector “las ventas bajan y bajan, por la suba de precios, la gente lleva los medicamentos imprescindibles y aunque otros sean necesarios, los dejan” (redcame, 3/3).

Esta brusca caída del consumo está dado por la fuerte inflación de los últimos meses, como resultado de la liberación e precios de Milei y la devaluación, y la caída en el poder adquisitivo de los salarios e ingresos populares, con paritarias a la baja y un fuerte ajuste del Estado sobre la asistencia hacia los trabajadores precarizados y desocupados.

En su discurso de apertura de las sesiones legislativas del Congreso de la Nación, Milei apuntó contra el gobierno del Frente de Todos por la responsabilidad ante la actual situación. Y si bien es ineludible la participación de Alberto Fernández y Cristina Kirchner en el deterioro social y económico de millones de trabajadores, también lo es la orientación ajustadora de Milei que en poco más de dos meses ha dinamitado el poder adquisitivo y el consumo de las familias obreras.

El gobierno nacional quiere parar la inflación con una recesión sin precedentes, con despidos, suspensiones, rebaja salarial y recorte de la asistencia social: es decir, privando a los trabajadores del consumo más esencial. Al tiempo que millones de trabajadores acuden a comedores populares para completar la alimentación que no pueden costearse, el gobierno no envía los alimentos necesarios para el funcionamiento de los mismos, agravando aún más esta crisis económica y social.

Las políticas del gobierno de Javier Milei se enfocan en la destrucción de los ingresos salariales y populares y el ataque al trabajo y los derecho laborales. La CGT y las CTAs mantienen su pasividad cómplice mientras esto se desenvuelve, cuando lo que se requiere es un paro de 36 horas y un plan de lucha para derrotar el ajuste de Milei y abrir paso a la pelea por salarios y trabajo, con los métodos de la clase obrera y la asamblea de trabajadores ocupados y desocupados junto a todos los sectores en lucha.

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