Políticas

4/7/2002|761

Concertación o que se vayan todos: Que lo resuelva un Congreso de Base

El martes 25, los trabajadores de la construcción agrupados en el Sitracon cortaron todos los accesos que comunican a la Banda del Río Salí con la Capital. Reclamaban ayuda alimentaría para 2.500 trabajadores, la reapertura de obras y, mientras tanto, un subsidio de 250 pesos. La respuesta del gobierno no se hizo esperar. Con un despliegue impresionante de todo el aparato represivo y con el auxilio de la Gendarmería, durante dos horas se desarrolló una batalla campal para desalojar a los trabajadores. En ese choque quedaron trabajadores heridos y fue detenido su líder Celso Sosa, liberado a últimas horas de la noche.


La jornada del 26


Con este preámbulo, donde el gobierno de Miranda cumplía las directivas nacionales de reprimir los cortes de rutas y puentes, se realizó la jornada de lucha del día 26, cuyo epicentro estuvo en la Plaza Independencia, donde se concentraron más de 3.000 manifestantes. La jornada tuvo dos componentes bien diferenciados estratégicamente. Por un lado, estuvo la convocatoria de parte de la CGT regional (que responde a Daer), la CGT Sarmiento (moyanista), la CTA, CCC, Barrios de Pie, quienes apoyados en un paro de estatales, convocaron a una movilización frente a la Legislatura y luego marcharon a Casa de Gobierno a una reunión con el Ejecutivo. El reclamo al gobierno de Miranda era que la concertación social aún era posible en la provincia, y junto con ello se efectuaba una serie de reclamos relativos al rechazo del pago del aguinaldo con cheques diferidos, el pago en tiempo y forma de los salarios, el rechazo al plan de jubilación anticipada, etc. En función de este planteo de concertación con el gobierno, todas estas organizaciones están impulsando la formación de una multisectorial en la provincia junto a la Federación Agraria de Tucumán, Apyme, la Federación Económica de Tucumán, etc., que debutaría el 8 y 9 de julio con una “Marcha a Pata y a Pulmón”.


Por otro lado, estuvo la convocatoria del Polo Obrero, que con el programa del Bloque Piquetero Nacional y una nutrida columna se movilizó directamente a Plaza Independencia convergiendo con el resto de los manifestantes.


Repudio a la represión


En la jornada del 26, llegaron las noticias de la represión criminal ocurrida en el Puente Pueyrredón. El Polo Obrero hizo un acto de repudio ese mismo 26 en la Plaza San Martín, y convocó para el día siguiente a cortes y un acto en la Peatonal. Otras organizaciones también impulsaron medidas de repudio. El 27 hubo en la provincia más de 15 cortes. El Polo Obrero cortó la avenida Jujuy con más de 100 compañeros, cortó los accesos a Los Ralos con más de 100 personas y se cortaron las calles y avenidas de las facultades de Artes y Filosofía y Psicología. La CCC, por su lado, realizó una serie de cortes en el sur de la provincia. A la noche la convocatoria del Polo Obrero y el Partido Obrero sumó a todos los partidos (PC, MST, PH, al Mijp, Patria Libre, y a la juventud del PCR). Más de 300 compañeros (la mayoría pertenecía a Barrios de Pie y Patria Libre, y al Polo Obrero y el Partido Obrero) marcharon por las calles del microcentro; en la puerta de La Gaceta se realizó un acto, donde habló un dirigente de Barrios de Pie y cerró Daniel Blanco, de la dirección del Partido Obrero.


Perspectivas


La crisis en la provincia avanza con la misma velocidad que la crisis nacional. Miranda sólo atina a dar manotazos de ahogado. Ahora ha vuelto a reflotar su intención de convocar a la Constituyente trucha para que vote la reelección del gobernador prohibida por la actual Constitución provincial. Paralelo a ello, el gobierno ha perdido el control de la Legislatura, que acaba de votar una ley obligando a asegurar la operatoria FET (de convertibilidad de los bonos provinciales) en un plazo no mayor de 35 días, cuestión que el gobierno no tiene condiciones de asegurar por la falta de efectivo. Ante este panorama, el gobierno avanza a los tumbos con nuevas medidas de ajuste, con postergación en el pago de los sueldos, con achiques y atraso en los fondos coparticipables a los municipios, etc., lo cual no hace sino acentuar el cuadro de rebelión de los trabajadores, que va creciendo en toda la provincia.


Frente a este panorama, donde la pueblada vuelve a asomar sus narices, la cuestión estratégica que se planteó en aquella oportunidad –que se vayan todos, o concertación con el gobierno hambreador y represor del pueblo– vuelve a plantearse con más crudeza que entonces. Para resolver en consecuencia, el Partido Obrero y el Polo Obrero plantean que se convoque a un Congreso de base mandatados de todas las centrales obreras y organizaciones combativas de los trabajadores ocupados y desocupados, que vote un programa y decida el rumbo a tomar.