Políticas

1/12/2023

Conferencia UIA: la reforma laboral en el centro de los reclamos patronales

Preparemos la lucha en defensa de los convenios colectivos de trabajo.

Se realizó una nueva convención anual de la UIA.

En la 29° Conferencia de la UIA se expresó de manera unánime el reclamo de reforma laboral y rebajas impositivas para las patronales. Los empresarios se reunieron allí para conspirar contra la clase trabajadora, en los albores de un gobierno que pretende eliminar las conquistas obreras en favor de los capitalistas.

En ese sentido se expresó el exvicepresidente de General Motors, Federico Ovejero, devenido en “referente industrial” de Javier Milei. Ovejero estuvo presente en la convención de la UIA, donde aseguró que la gestión del presidente electo “se basará en la reducción de impuestos y eliminar ‘las trabas a las empresas’, logrando ‘modernizar todo el esquema laboral’” (Crónica, 30/11).

A su turno, el presidente de la UIA, Daniel Funes de la Rioja, saludó el feroz ajuste que se viene, comparándolo con “ir al dentista”, “sabemos que va a doler, pero hay que ir” señaló. Lógicamente, se refería a la motosierra que sufrirán las mayorías populares, no a recortar los subsidios y las exenciones impositivas al capital. Por otro lado, la mayoría de los oradores bregaron por un salto cambiario, en función de licuar aún más el salario de los trabajadores: “Se viene otro dólar”, dijeron desde el escenario.

Por su parte, Cristiano Ratazzi, el extitular de Fiat, manifestó su entusiasmo respecto al próximo gobierno y se mostró partidario de generalizar el “sistema Uocra”, donde rige el fondo de cese laboral en lugar de las indemnizaciones. Con toda liviandad, declaró a los medios que “hay que tener flexibilidad (para despedir) porque si uno tiene una persona y en ese momento no la utiliza por alguna razón tiene que poder desprenderse de esa persona”, dejando en claro que para él los trabajadores somos objetos descartables.

También se refirió a los retiros voluntarios que vienen aplicando algunas automotrices, como Nissan-Renault y Mercedes Benz, las cuales, luego de haber alcanzado niveles récord de producción y a pesar de contar con numerosos beneficios impositivos y cambiarios, deciden cubrirse frente a un eventual cuadro recesivo dejando en la calle a parte de su personal. Ratazzi justificó el accionar de estas multinacionales diciendo que “si hay algo que no se hace más, no se hace más, pero no es que sean despidos, son reajustes donde los tenga que haber” (Página 12, 1/12).

Es claro que se está configurando un escenario de recesión, teniendo en cuenta la paralización de la obra pública que anunció Milei, la explosiva deuda comercial comercial por importaciones -que asciende a U$S 55 mil millones según la Fundación Libertad-, la crisis de reservas que promete hacer perdurar el cepo importador y la caída del crédito industrial. Incluso, hasta la propia Diana Mondino, futura Canciller, recalcó en el evento que se viene un período de caída de la actividad cuando interpeló al auditorio diciendo: “Si llegaron hasta acá, pueden aguantar seis meses más”.

Ahora bien, empresas que amasaron fortunas pretenden descargar el peso de esta situación desfavorable sobre las espaldas de los trabajadores, por medio de despidos -para luego intensificar los ritmos de trabajo-, salarios a la baja y flexibilización laboral. Saben que para ello cuentan con la complicidad de la burocracia de los sindicatos, que han dejado pasar todo tipo de ataques al movimiento obrero.

Lo cierto que ha sido una política sistemática en beneficio de la clase capitalista la que nos condujo a la bancarrota actual, por lo tanto, los trabajadores no podemos aceptar que nos quieran endosar la factura de esta crisis. Debemos enfrentar la ofensiva antiobrera en puertas, defendiendo mediante la lucha y la organización los convenios colectivos, el poder adquisitivo del salario y los puestos de trabajo.