Políticas

29/1/2023

Conflicto de taxistas y remiseros: un espejo de la precarización laboral en Mar del Plata

Corte de carril sobre la Ruta 2

En medio de la temporada a “toda locomotora” de Mar del Plata, explotó un conflicto entre los taxistas y remiseros contra el municipio por la instalación y funcionamiento en la ciudad de las apps del transporte Uber y Cabify.

El intendente Guillermo Montenegro prometió en 2019 a las entidades del rubro, previo a su ascenso como intendente, prohibir la instalación de las aplicaciones. No solo incumplió su promesa, sino que inclusive habilitó los espacios públicos para la propaganda de estas apps.

Convocado por la mayoría de las entidades empresarias y gremiales del taxi y los remises (Supetax, Simpetax, Ampat, Taxicoop, Sociedad de Conductores de Taxis, Federación Nacional de Conductores de Taxis, ServiTaxi, Cooperativa Malvinas, Taxi Puerto, Paso Cars y Remicoop), el conflicto, que arrancó a mediados del año pasado, escaló con el paro del pasado martes 24/1 con piquetes sobre el municipio y Avenida Colón y La Costa, para más tarde continuar con un bloqueo sobre la Ruta 2.

Luego de una reunión con el municipio que fracasó, previo al comienzo del fin de semana, se resolvió una nueva movilización al ingreso de la ciudad, bloqueando un carril de la ruta. El planteo fundamental es que se respete la ordenanza 23.928 que sanciona y multa el servicio de transporte con las app y que fue votada en el 2019 en el Concejo Deliberante por todos los bloques. En este sentido, realizaron una denuncia penal por “incumplimiento de deberes públicos” a Montenegro.

Trasfondo del conflicto

Lejos de los espejos de colores que tanto Montenegro (Juntos por el Cambio) como Fernanda Raverta y el gobernador Axel Kicillof (Frente de Todos) intentan vender con la temporada de este verano 2023, la realidad es que se ha reforzado un régimen de superexplotación laboral, precarización y desocupación crónica, que tiene como resultado un empobrecimiento de les trabajadores de la ciudad como nunca antes, donde muchas franjas están en la línea de indigencia. Este cuadro de desocupación en “La Feliz” es el terreno fértil para la profundización de la precarización a través de las app. Así fue denunciado por los repartidores durante la pandemia, haciendo público las condiciones precarias en la que trabajan bajo el formato del monotributo y cómo estas empresas hacen jugosas ganancias, llevándoselas al exterior.

Por otro lado, hay una crisis en el transporte público con un servicio totalmente precario. Dominan los monopolios tanto en los colectivos como en los taxis. El holding del Grupo Inza que controla el colectivo es responsable de un servicio pésimo con falta de recorridos, frecuencias y unidades. Sin embargo, es premiado con subsidios y tarifazos, obteniendo poderosas ganancias.

En relación a los taxis, tenemos un negocio que se gestó en torno a las licencias municipales para poder manejar y los propietarios de las unidades-taxi, formando un monopolio de licencias con flotas de autos en muy pocas manos. De este régimen de monopolios de licencias se benefician las empresas de taxis y por supuesto la burocracia que dirige los gremios. Por el lado de los peones también rige la precarización laboral entre los taxis y remises, con choferes en negro y en algunos casos con monotributo. Son muchos los choferes que tienen que manejar hasta 12hs para llegar a una canasta familiar.

Como podemos ver, la precarización laboral existe tanto en las apps privadas como en el transporte público, y forma parte de todo un régimen de superexplotación que existe en el país como en Mar del Plata; basta ver el reino de cooperativas truchas de la industria del pescado, como botón de muestra.

Una salida

Montenegro amenazó a los taxistas y remiseros, como lo suele hacer con los sectores que luchan, con una denuncia penal por los cortes, multas y suspensiones de licencias. El Frente de Todos, a través de Raverta, dijo: “Este conflicto no ayuda a la exitosa temporada que estamos viviendo”, es decir, no dijo nada en torno al conflicto en sí mismo. La burocracia de la CGT y la CTA no movió un dedo frente a esta ofensiva en la precarización del trabajo. El tema les quema las manos: son responsables del trabajo en negro en toda la ciudad, en particular con las industrias del turismo como la gastronómica y la hotelera.

Desde el Partido Obrero en el Frente de izquierda, en primer lugar, repudiamos los intentos de criminalizar la protesta por parte del intendente; planteamos que lo que está en discusión es terminar con la precarización laboral en todos los terrenos del transporte público. Defendemos el trabajo en blanco bajo convenio con salario igual a la canasta familiar para todes les choferes. Terminar con los monopolios que se gestaron bajo todos los gobiernos en las últimas décadas; en el caso de los taxis, las licencias deben estar solo en manos del Estado (no venderse) y otorgarse a los choferes en actividad y prohibirse el acaparamiento de las mismas.

Lo que muestra esta crisis es el fracaso de la gestión capitalista del transporte. El conflicto tiene que ser una oportunidad para discutir nuevamente todo el régimen del transporte público que está en manos de monopolios capitalistas, priorizando las necesidades de sus trabajadores y los usuarios. La tecnología que proponen las aplicaciones en dispositivos debería servir para agilizar y optimizar los recursos y servicios, no para superexplotar y precarizar más el trabajo, como ocurre con Uber y Cabify, entre otras, y que todo los gobiernos amparan.