El gobierno oficializó este lunes la convocatoria al Consejo Nacional del Salario, el cual se reunirá el 27 de septiembre a las 16 horas mediante plataforma virtual para evaluar un incremento del mismo. La discusión se dará días después de que el Indec anunciara la inflación del mes de agosto, un índice que volvió a batir un nuevo récord, ubicándose en 12,4%, atizado por la devaluación que aplicó Massa para complacer al FMI.

Sin embargo, el Salario Mínimo se ha destacado históricamente por encontrarse detrás de la canasta de indigencia. Según diferentes consultoras (IEF, CTA), desde 2015 cayó un 55% en su poder de compra. Este incremento a la baja del SMVM es una herramienta utilizada por los distintos gobiernos, en complicidad con la burocracia sindical, para achatar la pirámide salarial, algo atizado por las patronales que terminan profundizando mediante la imposición de paritarias a la baja, y licuar la jubilación mínima y sobre todo la asistencia social mediante la inflación, con el objetivo de arrimarse a le meta de ajuste fiscal que exige el FMI.

En julio pasado el CNVN aprobó por mayoría un aumento de esa remuneración del 34% que llevó el Salario Mínimo a $118.000 para el corriente mes, cuando la canasta básica alimentaria de agosto se ubica en $130.590, según el Indec. Esto lo hace con la complicidad de la CGT y la CTA, quienes integran activamente la reunión. Esta actualización a la baja logró que, en el año, el Estado se ahorre 557 mil millones de pesos en Potenciar Trabajo, a costa del hambre de millones de beneficiarios; de hecho, en agosto terminó por consagrar una caída interanual de 5,8%. En el caso de la Tarjeta Alimentar, su erogación cayó un 6,2% en lo que va del año y otro 26% aplica para las asignaciones familiares.

En tanto, el pago de intereses de deuda ha crecido un 16,7% en el mismo período, lo que deja al descubierto a dónde van a parar los recursos que el Estado se ahorra en garantizar que los sectores más vulnerables puedan poner un plato de comida en sus mesas. Es lo que justifica la lucha de la Unidad Piquetera, quienes vienen exigiéndole al Ministerio de Desarrollo Social que cumpla con la entrega de alimentos a los comedores populares y la apertura y aumento de los programas sociales como medida de emergencia para los más pobres, el sector más golpeado por la crisis. Por su parte, Milei propone su “plan motosierra”, lo que implica un recrudecimiento exponencial del ajuste fiscal que terminará por agravar aún más las condiciones de vida de la población.

El Salario Mínimo requiere una actualización inmediata que cubra el valor de la canasta básica, como principio a una recomposición económica integral de los ingresos, para sacar a millones de la indigencia y la pobreza. Es algo que solo propone el Frente de Izquierda, y la única forma de conquistarlo es ganando las calles, como hizo la Unidad Piquetera, junto a todos los sectores combativos el pasado 14 de septiembre en la Plaza de Mayo.

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