Políticas

19/7/2022

Comercio exterior

Contrabando de granos para exportar y alquiler de cautelares para importar

Las dos caras del saqueo.

Imagen: Jorge Larrosa.

Las reservas líquidas del Banco Central se encuentran en terreno negativo, con lo que la entidad tiene cada vez menos margen para intervenir en el mercado de bonos vendiendo dólares en pos de contener la brecha cambiaria, en momentos donde las cotizaciones paralelas ascienden a cifras récord. Sin ir más lejos, el Contado Con Liquidación superó la barrera de los $300 y la presión devaluatoria se agudiza. Mientras tanto, las patronales exportadoras e importadoras continúan incurriendo en artimañas para seguir desplumando a la autoridad monetaria.

Según la consultora Quantum, al 5 de julio las reservas líquidas se encontraban en USD -3.141 millones. Esta realidad es producto de la fuga sistemática de divisas a manos de los capitalistas bajo diversas vías. Si bien Alberto Fernández hizo mención recientemente a “algunos especuladores que hacen subir la divisa”, de ninguna manera los combate permitiendo que la sangría siga su curso.

Los dólares que se van por la frontera

Son conocidas las maniobras de subfacturación que protagonizan las patronales exportadoras, inclusive el acopio de granos que vienen impulsando los productores sojeros a la espera de una devaluación. En ese sentido, el presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-Cec), Gustavo Idígoras, remarcó que “cerca de 1,5 millones de toneladas de soja son contrabandeados a Bolivia y Paraguay (dado que allí se vende la oleaginosa al doble de precio que en Argentina) generándole al país pérdidas por hasta 400 millones de dólares” (Página 12, 19/7). De más está decir que semejante nivel de contrabando precisa de la connivencia estatal para poder llevarse adelante, estamos hablando de alrededor de 3.000 camiones por mes que, en lugar de transportar los granos a los puertos de Santa Fe, desvían el cargamento hacia las fronteras de esos países limítrofes para comercializarlo de manera ilegal.

El capital agrario no solo es agente del saqueo nacional, sino también de la reprimarización económica del país. Según los datos del Ministerio de Agricultura, mientras que la cantidad de granos exportados en el primer semestre aumentó un 18% interanual, la de subproductos (harina, aceites, etc) cayó un 27%. Es decir, que los pulpos agroexportadores hacen fortunas con los altos precios de las commodities, sin que eso se refleje en una mayor producción de valor; en cambio, sí se encargaron de trasladar los altos precios internacionales a las góndolas criollas. Se trata de una actividad fuertemente extranjerizada y monopólica, donde el 64% de las exportaciones de granos está en manos de seis multinacionales: las yanquis Cargill, Bunge y ADM, la china Cofco, la canadiense Viterra y Dreyfus, de capitales franceses y emiratíes.

Especulación con la brecha cambiaria

Las patronales importadoras, por su parte, se valen del acceso al dólar oficial para sobrestockearse de bienes de capital importados, no para aumentar la producción sino como reserva de valor, especulando con una devaluación, a costa de las reservas. Lo anterior se ve reflejado en un informe elaborado por el Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala (ITE-FGA), el cual indica que, en mayo, la inversión en equipo durable de producción fabricado en el país aumentó un 6,8% interanual, mientras que la importación en ese rubro creció un 39,1% en el mismo período.

Ya había adquirido estado público la práctica del “forum shopping”, mediante la cual las empresas que no cuentan con permiso de importación direccionan sus causas a los juzgados 6, 8 y 9 del fuero contencioso administrativo, que han fallado en un 90% a favor de los importadores, lo que implicó la salida de USD 1.850 millones de dólares del país desde enero 2021 hasta marzo de este año. Ahora salió a la luz que una de las empresas que recurrió sistemáticamente a este mecanismo, la textil Yoko S.A, le “alquiló” su medida cautelar a la empresa Tropea para que pudiera importar USD 200 mil de mercadería. Un enorme fraude efectuado bajo las narices del Banco Central que autorizó el acceso a esas divisas.

En función de arrimarse a las metas de acumulación de reservas fijadas por el FMI y contener lo más posible una devaluación, el gobierno reforzó el cepo a las importaciones. Ahora bien, las patronales que no cuentan con cupo para importar al dólar oficial, utilizan las cotizaciones paralelas como referencia para establecer un precio de reposición, lo cual deviene en subas superiores al 10% en algunos productos. El gobierno da vía libre a estas remarcaciones que horadan el bolsillo popular sin aprestarse a abrir los libros de esas empresas en pos de evaluar los costos reales.

Que la crisis la paguen ellos

Como vemos, son los capitalistas exportadores e importadores los que llevan a la quiebra al Banco Central con sus maniobras. Lo hacen, por un lado, porque pueden ya que dominan los pilares de la economía nacional (sistema financiero, comercio exterior, cadena energética), y, por otro, porque los motiva el único interés de aumentar su tasa de ganancia, y, como debido a la sobreacumulación de capitales las inversiones productivas no les resultan rentables, se vuelcan a la “timba financiera” y a la fuga. Un régimen de saqueo sostenido bajo todos los gobiernos, cuyas consecuencias las pagamos los trabajadores con más hambre y miseria. Por eso, corresponde que nos organicemos en una alternativa propia que luche por el poder en función de enaltecer las necesidades del pueblo por sobre el ánimo de lucro de unos pocos.

 

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