Córdoba bajo el agua

La catástrofe capitalista continúa y se agrava


Diez días después de las inundaciones en Sierras Chicas se sumaron las de gran parte del territorio provincial. Un pueblo del sudeste, Idiazábal, ha quedado bajo el agua y el 90% de sus habitantes debió ser evacuado a un pueblo vecino. En el noreste, en el departamento San Justo, la localidad de Balnearia perdió su hospital y tuvo cientos de evacuados. Al cerrarse esta nota la alerta se trasladaba al norte, mientras las lluvias y tormentas arreciaban en prácticamente todo el territorio con evacuados, roturas de rutas, puentes, caminos, pérdida de viviendas, edificios públicos y lógicamente bienes, enseres y vestimenta de miles de familias.


La catástrofe afectó a pueblos serranos y a la llanura. En este último caso el agua corría por los campos arrastrando agrotóxicos para inundar y contaminar pueblos y ciudades. Un verdadero desastre ecológico, social y sanitario.


Las razones son muy claras, y no pueden ser ocultadas. Es un cóctel explosivo de los negociados capitalistas.


El uso intensivo del suelo para el cultivo de la soja, fundamentalmente, lo ha compactado e impermeabilizado; como además se ha barrido con bosques (se perdió el 95% del bosque nativo) y forestaciones, el agua corre sin impedimentos buscando una salida. Además de los actuales desastres se están preparando las condiciones catastróficas de una próxima sequía, ya que el agua de lluvia no drena hacia los acuíferos y reservorios naturales. El boom sojero incentivó el negocio inmobiliario, fundamentalmente en las zonas serranas que son el destino de inversiones especulativas en grandes emprendimientos comerciales y urbanísticos de "alta gama" (countries, clubes de golf, etc.), con el resultado de la afectación de márgenes de ríos, arroyos, del cambio de los cursos de agua, etc.


En diciembre de 2013 la licenciada Alicia Barchuk, de la UNC, presentó un informe sobre la cuenca de los ríos Ceballos y Saldán que adelanta exactamente lo que sucedió. Muchos otros investigadores realizaron estudios similares, los cuales surgieron por instancias de las asambleas ambientales. Pero además estos acontecimientos vienen sucediéndose en forma ininterrumpida en los últimos años. Este año empezó con un alud de barro y agua en Las Bajadas, San Agustín y Río Tercero, ¿las razones? Las mismas.


Esta acción depredadora del ambiente fue sostenida, alimentada y estimulada por De la Sota, por los radicales y juecistas, hoy reconvertidos al macrismo. Es también la política del gobierno nacional que entregó el dominio del suelo del país a los pools sojeros en busca de un superávit comercial. Todos han hecho oídos sordos a las advertencias, todos permitieron la violación de las leyes de preservación que ellos mismos votaron.


La catástrofe también ha desnudado la ausencia de obras públicas (canales, por ejemplo) por un lado y la estafa de las obras hechas, que no soportaron la situación. Las inundaciones, entonces, han puesto de manifiesto negociados y desidia. El capitalismo es incompatible con una relación armónica entre el hombre y la naturaleza.


Todos enlodados


Dicen que el agua saca todo a flote. Y es lo que está sucediendo.


La grave crisis social que está provocando la catástrofe desató nuevas estafas. La ayuda no llega a los damnificados por igual, es parte de una carroña entre punteros, incluso de un mismo partido, poniendo de manifiesto además una quiebra al interior de los partidos, sobre todo del PJ en un año de elecciones.


El gobierno provincial reparte entre las víctimas un kit berreta de electrodomésticos a cambio de una renuncia a acciones legales contra el Estado. La ubicación temporaria de quienes se quedaron sin vivienda ha desatado un alza de los alquileres en la zona, sin que nadie le ponga un límite.


En Villa Allende, donde hay elecciones municipales el próximo 29, la inundación y el reparto de la ayuda es parte de la campaña electoral, lo que está generando un repudio generalizado. Un grupo de La Cámpora que bajaba con sus camisetas banderas y bombos a repartir ayuda fue echado a piedrazos.


La salida obrera


La contraposición a la mugre de los partidos capitalistas, responsables de la catástrofe, es la masiva solidaridad que recibieron los afectados.


También empezó un proceso de autoorganización que, en barrios como Loza de Río Ceballos, logró desplazar a los punteros, avanzar en las tareas de reconstrucción, establecer un pliego de reclamos y hasta organizar un equipo de salud mental propio para atender las consecuencias de lo vivido.


Como los días pasan y los problemas se agravan han crecido las protestas, con cortes de rutas y reclamos cada vez más airados; de ahí que la asamblea de Loza se propuso una red con el resto de los barrios y pueblos.


Lo urgente es: 1) proceder a resolver las consecuencias de las inundaciones, a reconstruir viviendas, caminos, puentes, rutas y servicios; a reponer a los inundados los bienes perdidos; 2) el alto costo de esta reconstrucción debe ser pagado por los responsables, se debe establecer un impuesto extraordinario al gran capital agrario, a los pools de siembra y a los especuladores inmobiliarios. La plata no puede salir del bolsillo de los trabajadores cordobeses, ni puede ser pagado con un deterioro en los servicios que el erario público debe sostener; 3) declarar la emergencia ambiental establecida en el proyecto de ley presentado por Cintia Frencia el 28-5-14 en la legislatura, cuya aprobación hubiera frenado la catástrofe.


Llamamos a los pueblos y barrios afectados a organizarse en asambleas para constatar la reparación integral, establecer un registro propio para garantizar que ningún afectado quede fuera de ella, controlar y decidir sobre las obras de infraestructura necesarias.