En la mañana del 11 de marzo, la coalición Cambiemos dejó de existir formalmente en Córdoba. Primero el Frente Cívico de Luis Juez y luego el PRO cordobés se presentaron ante la justicia electoral para retirarse de la alianza constituida anteriormente. En un trámite exprés el Juzgado competente resolvió la disolución de la alianza para toda la provincia, incluida las elecciones municipales adelantadas para el mes de abril.

Rápidamente el sector de Negri-Baldassi, que responde directamente a Macri, anunció que participará en las elecciones del 12 de mayo con una alianza conformada por el PRO y la Coalición Cívica. La semana pasada, el PRO cordobés había rechazado públicamente la impugnación a la interna que habían presentado Juez y Negri. Ahora dio media vuelta y acató sin chistar la orden de la Rosada. Luis Juez se presentaría igualmente como candidato a Intendente, aunque todavía no se definió si lo hará por su partido o en alianza con Negri-Baldassi, que es lo más probable.

Por su parte, Mestre guarda silencio en público, mientras por lo bajo pretende que la UCR tome represalias. Se insinúa por reforzar la presentación de la UCR en la interna de Cambiemos a nivel nacional, retirar sus diputados del boque oficialista en el Congreso, y sancionar a Negri por ir contra la UCR. Veremos qué pasa con esas amenazas, pero lo cierto y concreto es que la crisis en Córdoba imbuye a Cambiemos en un pantano nacional.

El bochorno político que protagonizan los punteros de Cambiemos tiene como objetivo preservar la perspectiva de Macri. Como se preveía una derrota en la interna del trio Negri-Baldassi-Juez a manos de la lista mestrista, el mismo Macri decidió no pasar por ese escarnio y procedió a romper el proceso de las internas primero y la alianza después. Esto con la única expectativa de ganarle a Mestre en la elección provincial. Pero como esa posibilidad no está garantizada, bajaría todo el aparato con Macri y Vidal a apoyar a Negri. Igualmente el remedio puede ser peor que la enfermedad, y un tercer lugar en Córdoba profundizara aún más el derrumbe del gobierno nacional.

De todos modos se derrumba la principal oposición al gobierno del PJ que lleva 20 años en el poder. La crisis de Cambiemos beneficia a primera vista a Schiaretti. Pero esa posibilidad deberá sobrepasar la crisis y los planes de ajuste que el propio Schiatretti desarrolla contra los trabajadores, como así también el quiebre de la polaridad que representaba la presentación de Cambiemos.

Ha quedado claro que la única oposición al régimen de Schiaretti, que es el mismo de Macri, sólo se levanta con el Frente de Izquierda. En estos dos meses de campaña nos esforzaremos en luchar por una salida de los trabajadores y la izquierda, para que la crisis la paguen los capitalistas.