Políticas
14/5/2017
Córdoba: De la Sota tiró la toalla
La coalición del ajuste en marcha
Seguir
El ex gobernador y precandidato presidencial José Manuel De la Sota decidió no ser candidato a diputado nacional. Las razones de esta decisión pueden ser varias. Los analistas coinciden en que las encuestas no le avizoraban un triunfo avasallante que lo colocara en carrera para el 2019 o incluso como el elegido por los capitalistas para afrontar un derrumbe anticipado del gobierno de Macri; otros señalan que fue “extorsionado” con amenazas de destapar sus vínculos con Odebrecht y su participación en el Lava Jato. Independientemente de las razones, el significado de su desistimiento es uno: la decisión de De la Sota es un aporte invalorable al ajuste de Macri (y los gobernadores).
Un diario tituló la noticia: “Ofrenda a Macri” (Día a día). Para que no quedaran dudas acompañó la renuncia declarando que la responsabilidad de él y la de los diputados por Córdoba es garantizarle la “gobernabilidad a Macri”.
Esto fue dicho cuando el gobierno nacional ya ha definido que su política después de octubre es ir a fondo con el ajuste, se lo ha prometido a toda la clase capitalista, la nacional y la extranjera; ese ajuste significa ir contra los trabajadores con mayor caída del salario, con la modificación del régimen jubilatorio en todo el país para aumentar la edad del retiro y establecer una jubilación de miseria, con un avance en la precarización laboral y en la liquidación de los convenios colectivos, con una mercantilización mayor de la salud y de la educación, con una mayor impunidad y represión, entre otras.
Después del 2×1, en Córdoba son todos Macri
Ayudar a la “gobernabilidad” es asociarse en forma directa a este ataque. Es obvio que no puede ser otra la orientación de un representante consumado de los intereses capitalistas como ha sido toda su vida De la Sota, además es la política que el gobierno de Juan Schiaretti viene desarrollando en la provincia.
Pero la candidatura de De la Sota era presentada como enfrentada a Macri, actuando como vocero de grupos capitalistas que no ven en la política oficial una salida a la crisis económica y que exigen medidas más drásticas. Para ello decidió apelar a la demagogia, en octubre del año pasado De la Sota declaraba al diario El País de España: “No veo al gobierno nacional con imaginación para resolver el tema de la pobreza. No puede ser que haya hambre en un país que produce e industrializa alimentos. Vamos a plantear un programa de empleo para salir de esta emergencia. Antes de que asumiera, le propuse a Macri impulsar un acuerdo político-social, que recién ahora algunos están viendo. Se necesita consensuar entre todos los sectores”. La pobreza aumentó (la capital cordobesa y su conurbano encabezan las cifras nacionales con un 40,5% de pobres), la crisis industrial y la pérdida de puestos de trabajo siguen a todo ritmo, ¿no habría entonces más que sobrados motivos para que el tres veces gobernador de la provincia plantee “el programa de empleo” y el “acuerdo político-social” salvador? De más está decir que el “acuerdo político-social” es la mascarada para transferir la crisis sobre los hombros de las masas.
De la Sota, para tomar su decisión, ha debido seguramente tener en cuenta la irrupción de los trabajadores en el escenario político, con las grandes movilizaciones de marzo y sobre todo con el golpe político al régimen ajustador que ha significado la extraordinaria movilización contra el 2×1. Los ajustadores quieren cerrar filas, no hay lugar ni para posturas de oposición demagógicas que incentiven aún más la lucha de los trabajadores y abran brechas donde se cuele la movilización y lucha popular. De la Sota manda al PJ a sostener a Macri frente a la reacción popular, a conquistar el voto de los trabajadores cordobeses para avalar el ajuste en marcha, eso es lo esencial.
Un nuevo escenario electoral: el FIT o los candidatos de Macri
Con esta renuncia, en un sentido, el panorama electoral se clarifica en Córdoba. Macri, casi sin estructura propia en la provincia, agregará a sus socios, la UCR y el juecismo, a Unión por Córdoba (adonde ya ingresó gran parte del kircherismo, incluida una fracción de La Jaureche, la agrupación cristinista por excelencia dirigida por Martín Fresneda, actual legislador y ex secretario de Derechos Humanos de la Nación), para contar con los diputados para sostener el ataque a la población trabajadora y los negocios capitalistas con la crisis. Una continuación de la misma coalición que en el parlamento nacional le permitió sacar 100 leyes reclamadas por la burguesía, que lo acompañó en el reclamo de poner “coto” a los piquetes, que pavimentó el camino para el 2×1, es decir, que comparte un programa de ajuste y represión.
Para el Frente de Izquierda, este cambio del panorama electoral le impone con mayor fuerza la tarea de convertirse en una alternativa política, siendo la oposición real al ajuste, en la defensa del trabajo, el salario, las jubilaciones, la seguridad, y luchando contra los tarifazos, la violencia a la mujer y la impunidad. Convoquemos a un congreso del movimiento obrero y la izquierda, estructuremos listas únicas para las Paso y tengamos bloques comunes en el Congreso y las legislaturas para dar una salida popular a la crisis capitalista.