Córdoba: El asesinato de un senador radical

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El 6 de setiembre pasado fue asesinado en Córdoba el ex senador Regino Maders, un hombre del radicalismo y más precisamente del alfonsinismo.
Maders, que fue funcionario de EPEC y decano de la Universidad Tecnológica de Córdoba, venía realizando (según sus familiares y allegados) un estudio de las serias denuncias formuladas sobre la privatización de la empresa de energía, que relacionaban a capitales provenientes del narcotráfico con esta privatización.
El gobierno provincial, a través de la policía, presentó primero al asesinato como un caso de “delincuencia” común; más tarde, ante la inconsistencia del argumento (no hubo robo), dijo que era un hecho pasional. Pero la acción de los hermanos y de la mujer de Maders permitió que meses más tarde el hecho adquiriera un carácter abiertamente político, al extremo de involucrar a la policía y al propio gobernador Angeloz.
Medina Allende, diputado provincial y hombre del gobernador (responsable de las finanzas de las campañas electorales de la UCR), apareció directamente implicado por testigos que afirman que contrató a los ejecutores del asesinato; tiempo atrás Medina Allende había confesado haber traído (utilizando su inmunidad parlamentaria) miles de dólares en una valija (al mejor estilo Amira) por pedido de un amigo español, destinados a la campaña electoral.
Guidone, “que tiene un frondoso prontuario por diversos delitos contra la propiedad y otros ligados al consumo y tráfico de estupefacientes” (EI Porteño N° 125), fue detenido como responsable de organizar el asesinato. Guidone estuvo preso por el asesinato del abogado Ferreira en 1988, quien llevaba una causa por lavado de narco-dólares, pero fue liberado por errores “procesales”. Esto, sin embargo, no fue obstáculo para que estuviera relacionado con la policía provincial con la que “colaboraba en asuntos de drogas”. Para que lodos los hilos se junten, Guidone está relacionado con el clan Menem ya que, apodado “Fierrito, fue compañero de Carlos Menem hijo en los rallies” (ídem).
El caso Maders ha puesto al desnudo las características mafiosas del aparato estatal, la lucha por el usufructo de los beneficios de negocios “non sanctos” (como la droga o la prostitución); así como el verdadero carácter y alcance de las privatizaciones.
El asunto Maders es utilizado por el justicialismo para obligar a Angeloz a negociar las privatizaciones de EPEC, de EPOS y del Banco Provincia Sin embargo, las implicancias que comenzó a cobrar el caso con la detención de Guidone obligó a De la Sota a reclamar prudencia para no “caotizar la provincia”, dijo. Justicialistas y radicales están obligados a encubrirse mutuamente.