De acuerdo a la Dirección General de Estadísticas y Censos de la provincia de Córdoba, un metro cuadrado de una vivienda cuesta $84.000. Cabe aclarar que el mencionado valor es para una casa catalogada como “social”, es decir de una calidad básica, y sin tener en cuenta el costo del terreno.

Continuando con datos de la citada fuente, construir una casa de 50 metros cuadrados tuvo en julio un costo de más de $4.200.000. Hay que tener en cuenta que la dimensión señalada es la de una “vivienda tipo”, que incluye una cocina-comedor, dos habitaciones y un baño, siempre según datos de la mencionada dependencia del gobierno.

“Un mes antes, esa misma construcción implicaba una inversión de $4.045.000. Es decir, en solamente 30 días, esa vivienda de tipo social registró un incremento de más de $177.000”, según una deducción que publicó Hoy Día Córdoba.

Como se ve el costo de la construcción registra un aumento que no guarda relación con los ingresos de las familias trabajadoras. Esto es así aun cuando “en los últimos siete meses, el costo de la construcción en Córdoba subió el 36,98%. Los materiales aumentaron el 36,77%, mientras que la mano de obra ascendió 37,91%”, de acuerdo a estadísticas oficiales.

Siguiendo con la descripción y registros oficiales de la Dirección de Estadísticas, la “vivienda tipo” no tiene ningún lujo constructivo. La aclaración, teniendo en cuenta la suba de precios puede resultar obvia. Sin embargo, el gobierno de Juan Schiaretti está publicitando un programa denominado “Semilla”, como parte de la realización de 10 mil viviendas. Para lo cual, la gestión provincial otorga un crédito de $2.900.000.

A la luz de los datos oficiales, tenemos que la construcción del mencionado programa está por detrás de la “vivienda tipo”. Si se toman el valor del metro cuadrado el crédito otorgado para el programa semilla solo alcanza para la construcción de 34 metros cuadrados y medio; es decir una sola habitación, baño y cocina. De modo que el publicitado programa es insuficiente.

Aunque limitado, incluso si es visto como una salida provisoria para después seguir construyendo es de difícil continuación, para no decir imposible, porque uno de los problemas centrales radica en los bajos salarios, y en la especulación inmobiliaria, que encarece el precio de la tierra. Esto no es abordado por el gobierno provincial, y de esa manera no hay solución al déficit habitacional.

En función del derecho a la vivienda, el Polo Obrero y el Partido Obrero, vienen planteando un programa integral para salir al cruce del déficit habitacional, poniendo un límite al precio de los alquileres; desarrollando un plan de viviendas, Banco de Tierras, sobre la base de un impuesto a las tierras e inmuebles ociosos y al gran capital.

Lo que requiere una intervención independiente de la clase obrera en función de esa perspectiva el planteo de plan de lucha y paro en defensa del salario resulta clave. Hay que desarrollar la fuerza en defensa de los ingresos populares y el de todos los derechos cuestionados por el ajuste en curso.

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