Políticas

4/8/2022

Córdoba: la tarifa del agua subió 120% en 18 meses

Aguas Cordobesas cobra caro un servicio que no se garantiza en amplias zonas populares.  

Imagen extraída de La Nueva Mañana

El Boletín oficial de la provincia de Córdoba oficializó un incremento en la tarifa del servicio del agua del 13,14%, con esta suba, en lo que va del año el servicio aumentó un 49,5%. De esta manera, el precio del líquido elemental subió un 120% en un año y medio.

El aumento de la tarifa de agua no guarda relación con la prestación y calidad del servicio, ni mucho menos con los ingresos populares. Todo sube menos los salarios. Sin embargo, “Aguas Cordobesas”, 70% propiedad del grupo Roggio, recibió el año pasado, un aumento de 64,5%, casi 15 puntos por encima de la inflación del mismo periodo.

Mientras la empresa se favorece con aumentos por encima de la actualización de salarios, no realiza inversiones para mejorar la calidad del servicio. Tampoco el gobierno garantiza una conexión de agua en amplias zonas de la capital provincial y el interior.

En Barrio Colonia Lola, las familias solo tienen un hilo de agua a través de un solo caño maestro. La conexión es totalmente precaria, por eso cuadras enteras no alcanzan a cubrir la demanda. Una situación similar ocurre en Villa Capullo, o en Cooperativa Unidad, La Villita o en la zona de Ampliación Ferreyra.

Además, hay denuncias judiciales en torno a la situación del dique San Roque, su mal estado compromete la calidad de la prestación del servicio de agua. Sin embargo, la empresa asegura que el servicio es óptimo y el Ersep actúa como una dependencia de los capitalistas que manejan la empresa de Agua.

El aumento se produjo antes de que se ejecute la tanda de tarifazos en el gas y energía, para cumplir con el pacto con el FMI. Con lo cual se va golpeando una y otra vez el bolsillo de las familias cordobesas. En oposición a los tarifazos permanentes es necesario una intervención independiente, la apertura de los libros de la empresa, para que el pueblo sepa cuáles son los verdaderos costos del servicio, y una estatización bajo control de trabajadores y usuarixs para garantizar el derecho al agua, que bajo la gestión capitalista está totalmente cuestionado.