En la apertura de las sesiones legislativas, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, dedicó su discurso al sector que viene beneficiando tanto su gestión como todas las que lo precedieron: a los capitalistas en general y a los sojeros en particular. Les dio expresas garantías de continuar bajo esa misma política mientras que, sin embargo, para el conjunto de los trabajadores solo repitió promesas incumplidas y devaluadas.

El gobernador planteó una cantidad de obra pública multimillonaria en beneficio del capital agrario y prometió 10.000 nuevas viviendas. Cabe recordar que en 2019 prometió 25.000 y no se hizo ninguna. Para peor, el problema habitacional ha crecido de manera muy fuerte durante la pandemia se profundiza con el ajuste que se está desarrollando sobre el conjunto de la población trabajadora. Es en este cuadro en el que Schiaretti plantea menos viviendas para construir.

Antes de la pandemia el déficit habitacional era de más de 300.000 viviendas en la provincia y más de 120.000 de ellas en capital. Según La Voz del Interior, en la pandemia, “estimaciones señalan que la población en estos asentamientos creció hasta un 60% y que surgieron nuevos caseríos informales”.

Cuando analizamos los anuncios sobre vivienda, vemos que lo que se plantea deja fuera a gran parte de las familias trabajadoras sin la casa propia, ya que para los planes semilla es necesario contar con un lote propio escriturado, esta parte del programa requiere 6.500 inmuebles de los 10.000 prometidos. El problema en las grandes ciudades, de lo que Córdoba no está exento, es la falta de tierras disponibles para la construcción de viviendas, ya que los especuladores inmobiliarios, con la venia de los gobiernos, se han quedado con casi la totalidad de las tierras de las ciudades.

Las 3.500 viviendas restantes serían a través de créditos del Banco de Córdoba, los cuales se actualizarían por UVAs. Esto ahogaría económicamente a las familias durante décadas, puesto que los salarios históricamente han quedado por detrás de la inflación. Además, es necesario ingresos de más de cuatro sueldos mínimos, cuando casi el 50% de la población está bajo la línea de la pobreza, aun trabajando, lo que plantea lo inviable de estos programas para cualquier familia trabajadora.

Ante esta nueva mentira por parte del gobierno provincial es necesario no solo exponer la mentira y denunciarla, sino llevar adelante la organización y la lucha por la vivienda y por tierra para los trabajadores no para los especuladores, consignas planteadas por del Polo y el Partido Obrero en el FIT.

Programa

El Polo Obrero y el Partido Obrero vienen organizando asambleas, congresos y marchas por la tierra y la vivienda. En las calles, en la legislatura y en el Concejo Deliberante llevamos el planteo programático de creación de Banco de Tierras, y construcción de viviendas. Este verdadero plan de acción tendrá continuidad el próximo 8 de febrero con una marcha en rechazo al acuerdo con el FMI, y por los recursos para todos los reclamos pendientes.

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