A sólo doce días de que se realizaran las elecciones municipales en Villa Allende, el intendente Colombo (PJ) decidió suspenderlas, aduciendo la crisis social que se vive en la ciudad con motivo de las inundaciones. La decisión partió desde el propio gobierno provincial. De la Sota había ordenado adelantar las elecciones de Villa Allende para el mismo día en que se realizarían las elecciones en La Falda y Villa Dolores, con el objetivo de neutralizar los posibles triunfos del frente UCR-PRO-Juez y del frente K, en esos distritos. Colombo y De la Sota descontaban su triunfo, al punto tal que dividieron al propio peronismo en Villa Allende, que presentó dos listas más, encabezadas por actuales concejales de Colombo.

La crisis de las inundaciones liquidó la perspectiva de Colombo. Esa crisis dejó a más de mil familias inundadas y una ciudad devastada. Se profundizó al extremo las consecuencias de un desarrollo urbano dominado por el lucro capitalista; y la misma política domina a la hora de encarar la salida a la catástrofe. A más de un mes, ni Colombo ni De la Sota han presentado el más mínimo plan de reconstrucción y prevención, no se ha asistido a la mayoría de las familias afectadas y ni siquiera se ha demarcado una nueva ribera del río. Los gobiernos provincial y municipal no van a limitar en lo más mínimo el desmonte y la especulación inmobiliaria, ellos dirigen directamente ese proceso; y el conjunto de la población así lo ha visibilizado.

El PRO y la UCR provincial se opusieron a la suspensión, pero el candidato a Intendente de la UCR en Villa Allende rápidamente se desmarcó y avaló la suspensión. La desesperación del PRO para que se realicen las elecciones se dirige a aprovechar la debacle del oficialismo y evitar que la crisis social producida por la inundación condicione completamente el proceso electoral. Su candidato Romero, golfista reconocido, es notable representante de las clases acomodadas que usufructúan la especulación inmobiliaria en todo sentido.

Ahora la Junta Electoral, dominada por el PJ, acaba de decretar que Colombo debe convocar un proceso electoral con presentación de nuevas listas y todo; lo que abre paso a un sinfín de maniobras para tratar de reagrupar al PJ y a la oposición derechista que nuclea al PRO-UCR-Juez. Villa Allende echa claridad al proceso de disgregación política que recorre a la provincia, que todavía no tiene definido la fecha de las elecciones provinciales, ni de la capital, ni los candidatos de ambos bandos. La catástrofe también ha liquido definitivamente la candidatura presidencial de De la Sota, y resulta una seria amenaza sobre el régimen provincial.

No bien producida la catástrofe de las inundaciones, el PO exigió la suspensión de las elecciones, incluso por carta documento al Intendente, y desplegó una campaña electoral liderada por un programa de salida en términos populares a la catástrofe. Presentó un proyecto de ordenanza de emergencia ambiental y social y de reconstrucción de la ciudad, con el cual se solicitó una audiencia pública, que el Concejo Deliberante se vio obligado a convocar. En la audiencia, no sólo se responsabilizó al Estado, sino que además se coordinaron acciones de movilización entre los distintos barrios, un proceso que ya se desarrolla en Río Ceballos y que se extenderá próximamente a todas sierras chicas y la provincia.