La invasión israelita ha sido ejecutada sin piedad muchas veces durante los últimos 60 años; recordemos cómo en Líbano, país del Medio Oriente, territorio histórico de comunidades cristianas y musulmanas, cuya gran prosperidad económica le valió el sobrenombre de “la Suiza de Oriente Próximo”, fue violada e invadida por Israel desde 1982, en aquella época bajo la excusa de expulsar a las guerrillas de la Organización para la Liberación de Palestina, OLP, dirigidas por Yaser Arafat, y luego en el año 2006 con la ayuda de los sionistas y del imperio gringo, con la excusa de las incursiones fronterizas y los ataques de la guerrilla chií Hezbolá; atacaron sin piedad contra familias, niños y jóvenes, ocasionando grandes cicatrices en los corazones humanos de la Tierra.

Ahora es el genocidio en la Franja de Gaza, la excusa es el grupo Hamas; Palestina es testigo de otra masacre sangrienta, ¡qué tristes están los caminos de la ciudad de Gaza!. Sus puertas están desiertas, los sacerdotes lloran, los jóvenes se afligen y sus mezquitas pasan amarguras. Se ahogan en llanto por las noches, lágrimas corren por sus mejillas; de entre todos sus amantes, no hay uno que lo consuele. Israel la ha traicionado, se han vuelto sus enemigos. Todos sus habitantes lloran, andan en busca de alimentos ya que dieron sus riquezas a cambio de armas. Se lanzó desde lo alto un fuego que le ha calado hasta los huesos y ha sido puesta en manos de gente ante la cual están resistiendo. Gaza ha sido aplastada, como se aplastan las uvas para sacar vino. Estas cosas me hacen llorar, mis ojos se llenan de lágrimas, no hay nadie que dé consuelo, ni nuevo aliento.

Entre ruinas han quedado sus hijos, ha sido oscurecida la hermosura de la Franja. No ha quedado en pie ni una sola de sus casas, se ha humillado al pueblo y a sus gobernantes. Fueron arrojados armamentos yanquis y sionistas contra un pueblo de valientes que la sigue defendiendo, llegó un ejército extranjero y orgulloso a atacar y no pudo someter a sus hombres y mujeres más valientes. El llanto acaba con mis ojos y siento que el pecho me revienta, mi ánimo se ha venido al suelo al ver destruida tan hermosa ciudad, al ver que hasta los niños de pecho mueren de hambre por las calles y ver cómo caen heridos de muerte exhalando el último suspiro en brazos de sus madres. Oh Señor de los Cielos, haz que venga el día que tienes anunciado y que les vaya a los sionista y aliados del gobierno yanki como le ha ido a la ciudad de Gaza! Amén.

Enrique Garcia Grooscors (Venezuela)