Políticas

22/9/2023

Crece la pobreza, la sobrecarga laboral y la búsqueda de más empleos

Resultado de los bajos salarios.

El 80% de los asalariados tiene ingresos de hasta $200 mil.

El gobierno se jacta de que la tasa de desempleo disminuyó en el transcurso de un año, pasando del 6,9% al 6,2%. Sin embargo, eso no responde a que el porcentaje de población ocupada haya crecido, sino que más personas dejaron de buscar trabajo debido al efecto desaliento.

El informe de Mercado de trabajo del Indec, correspondiente al segundo trimestre 2023, indica que la tasa de empleo permanece en los mismos niveles que hace un año atrás (44,6%). Por lo tanto, la caída de la tasa de desocupación obedece a que retrocedió el porcentaje de población considerada económicamente activa -0,3 puntos interanual. Es decir, personas en edad de trabajar dejaron de buscar empleo ante la creciente dificultad para conseguir uno. Se trata de una frustración absolutamente comprensible entendiendo que, durante ese período, creció 4,6 puntos la cantidad de desocupados que se encuentran buscando trabajo hace más de tres meses y no logran ser contratados.

Ahora bien, el desempleo presenta cifras alarmantes es ramas de la economía como la construcción y el servicio doméstico, alcanzando el 19,7% y el 15,5% respectivamente. A su vez, la tasa de desocupación llega al 13,2% entre las mujeres menores de 29 años y al 12,3% entre los varones de ese rango etario, mostrando que para la juventud en general, y especialmente para las jóvenes, conseguir trabajo es una odisea.

Otro indicador que se mantuvo inalterable entre el segundo trimestre 2022 y el segundo trimestre 2023 es la cantidad de asalariados sin descuento jubilatorio (3,6 millones). Son aquellos que pertenecen al sector no registrado, y, por lo tanto, carecen de derechos laborales tales como aportes a la seguridad social, licencias pagas, vacaciones, aguinaldo, ART, etc. De más está decir que quienes trabajan en la informalidad reciben los peores salarios, engrosando así las filas de la pobreza.

Por otro lado, aumentó 0,9 puntos el porcentaje de trabajadores sobreocupados -que trabajan más de 45 horas por semana- en términos interanuales. También subió 1,4 puntos la tasa de ocupados demandantes de empleo. Tanto el incremento de la sobrecarga laboral como la creciente necesidad de cambiar o buscar un segundo empleo responden al mismo fenómeno: el retroceso salarial que vuelve cada vez más ardua la tarea de llegar a fin de mes para las familias trabajadores. Una caída de los ingresos populares producto de la extensión del trabajo informal mencionado anteriormente y las paritarias a la baja, convalidadas por el gobierno y la burocracia sindical.

En ese sentido, el último informe sobre la Evolución de la distribución del ingreso que elabora el Indec arroja que el ingreso medio de los asalariados fue de apenas $149.048 hasta el segundo trimestre 2023. Si bien los no registrados se llevaron la peor parte, con un ingreso medio de $81.736, el de los que trabajan en el sector formal se ubicó en $186.987. A su turno, el 80% de la población asalariada no superaba con su sueldo los $200 mil. Todas cifras inferiores al umbral de la pobreza, que en junio (mes al cual corresponden los datos del informe) ascendía a $232.427.

A su vez, aumentó la desigualdad: mientras que en el segundo trimestre del año pasado los ingresos del decil más rico eran 13 veces superiores que los del decil más pobre, en el segundo trimestre 2023 pasaron a ser 14 veces superiores.

Una postal lapidaria del mercado de trabajo argentino, signado por la caída salarial y la precarización. Los tres candidatos presidenciables agravarán esa realidad en caso de ganar las elecciones, con lo que preparar la lucha por trabajo genuino y recomposición de los sueldos se vuelve prioritario.

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