A medida que crece la brecha cambiaria aumentan las maniobras de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones. Los capitalistas, al detentar el dominio del comercio exterior argentino, utilizan esos mecanismos de fuga que contribuyen al deterioro de las reservas del Banco Central, cuyas consecuencias recaen sobre los trabajadores.

En el último tiempo han salido a la luz algunos casos. Por ejemplo, la empresa naviera Mediterranean Shipping Company S.A. (MSC) -de capitales italianos y suizos- está siendo investigada por la Dirección General de Aduanas (DGA) porque su cargamento no condice con los precios de facturación de los fletes: en los últimos tres años mantuvo un volumen de carga homogéneo, sin embargo, los dólares girados al exterior en concepto de “Servicios de Fletes y Otros” aumentaron un 87% de un año a otro, ascendiendo a U$S 684 millones en 2022.

También se descubrió que la compañía NGR Argentina había sobrefacturado importaciones provenientes de Estados Unidos por U$S 83 millones. La mercadería consistía en “maquinaria pesada para el montaje y puesta en funcionamiento de una planta para producir arenas silíceas utilizadas para la provisión de arena de fractura para la industria del petróleo y el gas de Vaca Muerta”. Se presume que la empresa regresaba los dólares sobrefacturados obtenidos a valor oficial y los vendía a precio Contado con Liqui, haciendo un negocio con la diferencia entre ambas cotizaciones.

Otro caso de sobrefacturación de importaciones que tomó notoriedad en los últimos meses, fue la investigación sobre las 32 aeronaves compradas en el exterior a un precio muy superior al del mercado. Aquí el fraude ascendió a U$S 22 millones.

A su vez, trascendieron distintos episodios de subfacturación de exportaciones. Según el análisis de riego que realizó la DGA durante 2023, se contabilizaron 3.376 casos, por U$S 73.921.273,61. Las maniobras fraudulentas fueron detectadas en la exportación de diversos productos “incluyendo carne, porotos, medicamentos, azúcar, grasas, aceites, harina de carne, huesos, pieles, cueros, ajos, cebollas, aceitunas, sorgo, harina de pellet, químicos, aparatos mecánicos, pesca, merluza y expellers de soja” (BAE, 11/4). Sin embargo, el gobierno premia con distintas medidas a esos exportadores, como lo demuestra el lanzamiento del dólar agro para beneficiar a los sojeros y a los productores de las economías regionales.

En el sector de la carne, está comprobado que 22 frigoríficos argentinos subfacturaron exportaciones destinadas a Brasil y a China por U$S 11.908.320 en el período 2021-2022. A su turno, las pesqueras San Salvador y Bal Fish fueron denunciadas por subfacturar entre el 30% y el 40% de sus exportaciones mediante el recurso de triangulación.

Estas prácticas son moneda corriente y la mayoría no son investigadas por la DGA. Como vemos, mientras la brecha cambiaria produce estragos en la economía de las familias trabajadoras, debido a sus efectos inflacionarios, empresarios importadores y exportadores hacen enormes negociados alrededor de ella, agravando la crisis de reservas del Banco Central, fuente de las actuales presiones devaluatorias.

Los sucesivos gobiernos perpetúan este saqueo capitalista, puesto que mantienen inalterable el control privado del comercio exterior local. Es necesario que pase a manos de los trabajadores para detener semejante sangría.

https://prensaobrera.com/politicas/pasos-al-costado

https://prensaobrera.com/politicas/la-suba-de-tasas-prepara-las-condiciones-para-un-golpe-de-mercado