Políticas
25/8/2022
Cristina, Clarín y el “negocio más importante que cualquier obra pública”
Todos unidos lucraremos.
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Hector Magnetto y Néstor Kirchner.
En su discurso para ampliar su indagatoria en la causa de Vialidad, la vice Cristina Fernández se “defendió” de la acusación acerca de las visitas que recibía por parte de empresarios durante su mandato, retrucando que Héctor Magnetto, CEO de Clarín, frecuentó la Quinta de Olivos “durante toda la gestión de Néstor y cuando él estaba por terminar la gestión, le firmó la fusión de Cablevisión con Multicanal; el negocio más importante junto con Telefónica” (queriendo referirse a Telecom). Efectivamente, ese terminó siendo un importante capítulo de un proceso de concentración oligopólica de los medios de comunicación, que llegaría a niveles sin precedentes y daría lugar al mayor operador de cable en Argentina y a uno de los principales del continente.
La autorización para que Cablevisión adquiera a la empresa televisiva Multicanal ha sido uno de los últimos actos de gobierno de Néstor Kirchner, tuvo lugar el 7 de diciembre de 2007. Fue una movida que contó con la participación del entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y del actual presidente del país, Alberto Fernández, en ese momento Jefe de Gabinete. Los popes de Cablevisión presentarían después su millonario plan de inversiones al Ejecutivo comandado por Cristina. De esta manera, se le otorgaba al Grupo Clarín un lugar dominante en el universo de los medios; pasó a concentrar el 47% del mercado de la televisión por cable, donde había cerca de seis millones de suscriptores.
El kirchnerismo, que se muestra como perseguido por representar a los trabajadores, aportó lo suyo a una larga historia de engorde de “la corpo” gracias al Estado. La dictadura entregó a la compañía el monopólico negocio de Papel Prensa, mediante el terrorismo y todo tipo de estratagemas ilegales; y el duhaldismo la rescató con la ley de “bienes culturales” y la pesificación de su deuda en dólares a la salida de la convertibilidad. Bajo el gobierno de Mauricio Macri se autorizó la fusión entre Cablevisión y Telecom, lo que hiperconcentró el monopolio del grupo en las telecomunicaciones, ya que antes había comprado Nextel. Así, el Grupo Clarín se convirtió en la primera empresa en condiciones de brindar lo que se llama “cuádruple play” (telefonía fija y móvil, televisión y banda ancha), pasando a controlar una porción sustancial del mercado.
Estos procesos de concentración y centralización de capital trajeron consigo despidos y ataques contra los trabajadores que ejercían tareas en esas empresas. En 2015, tras la adquisición de Nextel por parte de Cablevisión, se produjeron cientos de despidos y cierres de edificios. Asimismo, la fusión Telecom-Cablevisión se desenvolvió mediante una ofensiva en regla contra los trabajadores, lo que incluyó cesantías y un avance en la flexibilización laboral. Con los “nacionales y populares” en el poder y la fusión Multicanal-Cablevisión ocurrió lo mismo.
En paralelo a los despidos y al aumento de la precarización laboral, se incrementó como nunca el poder del capital sobre las redes de distribución y comercialización de la comunicación y la información; el Grupo Clarín concentra hoy una vasta gama de medios, lo que incluye canales de TV, revistas, diarios, radios y portales. En junio de 2021, el 44,3% del mercado estaba en manos del Grupo Clarín-Telecom Argentina, “seguido por Telefónica (14%), Telecentro (12,4%) y Supercanal (7,05%)” (BNAmericas, 11/6/21), mientras que los pequeños operadores alcanzaron en conjunto una participación mercantil del 23%.
Como se ve, los negociados no se restringen a la esfera de la obra pública, donde bajo el kirchnerismo quedaron expresados en los negocios de Techint, el vaciamiento del transporte público, los bolsos de José López o en el escándalo del exvicepresidente Amado Boudou y el caso Ciccone. Bajo Macri han tenido lugar sucesos similares, como los negociados alrededor de los parques eólicos, los que ha desarrollado “Nicky” Caputo con la obra pública o los casos de sobreprecios en el mismo ámbito que envuelven a Ángelo Calcaterra, primo del exmandatario.
La “reconstrucción de la burguesía nacional” apuntalada desde el Estado fue planteada como meta estratégica por Néstor Kirchner al asumir, y terminó en este fiasco. La declaración de Cristina retrata de forma categórica el carácter de clase del “Estado presente” que reivindica el kirchnerismo, el cual tiene un rol de salvataje de un régimen parasitario de negocios y de expoliación de la clase obrera. Esto, sin embargo, ha arrastrado a la quiebra al propio Estado y a la economía nacional, revelándose como una orientación antagónica a cualquier desarrollo del país.
Solo un gobierno de trabajadores puede poner fin a este régimen en descomposición.
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