Políticas
7/11/2024
Cristina Kirchner, el PJ y la adaptación a la agenda de Milei
Un debate a la luz del triunfo de Trump en las elecciones norteamericanas
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Cristina Kirchner y Javier Milei, durante la asunción del actual mandatario
En el curso de la reciente campaña electoral norteamericana, el semanario británico The Economist hizo una referencia a la “trumpificación” del proceso político, con lo que quería dar a entender que era el candidato del Partido Republicano quien había fijado la agenda de discusión y la tónica de las propuestas y planteos. Endurecimiento de la política migratoria, apoyo irrestricto a Israel, mayor beligerancia hacia China y mayor proteccionismo económico, todos son puntos en los que los demócratas se acomodaron (o directamente se adelantaron desde el gobierno) al libreto del magnate. La derechización en Estados Unidos no consiste sólo en la victoria de Trump sino en la propia evolución en el mismo sentido del Partido Demócrata, el otro de los dos grandes partidos del régimen.
En el caso de la Argentina, también fue el candidato más derechista, Javier Milei, quien marcó la tónica de la última campaña electoral en la que salió victorioso. No solo supo canalizar a su favor el malestar popular creado por el desastre económico y social que dejaba la gestión anterior (como Trump se valió, ahora, de la elevación del costo de vida bajo el gobierno de Biden), sino que sus diatribas contra el movimiento piquetero, contra los docentes en huelga, en favor de Israel, o en defensa del ajuste del gasto público, fueron asumidas a su modo por el peronismo, que, además, eligió a una figura de su ala derecha, como Sergio Massa, para enfrentarlo. En resumen, aquí también se pudo constatar una derechización de orden más general (no olvidemos que la tercera en la disputa era nada menos que Patricia Bullrich).
El curso de adaptación política e ideológica a la etapa Milei sigue en marcha hasta hoy y engloba a la propia Cristina Kirchner, quien, más allá de las críticas vertidas en su carta abierta “Es la economía bimonetaria, estupido”, de comienzos de septiembre, hizo, sobre todo, notables concesiones al jefe de La Libertad Avanza. En su misiva, CFK llamó, como parte de una autocrítica, a revisar el papel del Estado (cuestionando el “viejo modelo de Estado omnipresente que derivó en ineficiencia e ineficacia”), la política de asistencia social (ya en su momento había lanzado críticas a las organizaciones de desocupados), a acomodarse a la nueva realidad del mundo del trabajo (el mismo caballito de batalla con el que se busca legitimar la reforma laboral), y a una reforma educativa (que es la coartada de Milei y el PRO para avanzar contra los derechos de los docentes).
Más allá del debate de los puntos en cuestión, que Prensa Obrera ha analizado en otros artículos, lo importante a tener presente aquí es el esfuerzo de CFK por “enderezar” al peronismo -a cuya jefatura acaba de volver- en una línea más presentable a los ojos de los grandes grupos económicos y de la “opinión pública”, suponiendo que es la condición preliminar para recuperar la competitividad electoral y la posibilidad de volver al gobierno.
La cuestión no se restringe al terreno retórico, desde ya. El nuevo armado que la consagró al frente del PJ incluye a algunas de las figuras más rancias de su partido, como el senador formoseño José Mayans (uno de los nuevos vicepresidentes), y a distintos representantes de la burocracia sindical. Además, CFK mantuvo una reunión clave con el ex titular de la Aduana, Guillermo Michel, y el ex gobernador entrerriano Gustavo Bordet, dos hombres cercanos (sobre todo el primero) a Sergio Massa. Otra vez, el amigo de la embajada norteamericana juega su rol en la reorganización del peronismo.
El peronismo se concentra en el armado de las listas para las legislativas de 2025, especulando con que el derrumbe de las condiciones de vida de las masas le pasará la factura electoral al presidente en las urnas. Pero mientras tanto, con su colaboración parlamentaria y la de la burocracia sindical, le brinda los recursos políticos para avanzar en su agenda de ataques contra la población trabajadora. Es un camino inadmisible para un pueblo que ya no puede llegar a fin de mes. Y no le asegura, ni siquiera, el éxito electoral, como ya lo puso de manifiesto la experiencia de 2023.
El gobierno de Milei tiene que ser enfrentado ahora mismo, por medio de la organización y la lucha popular. Es el camino de la juventud y la docencia universitaria, de los jubilados, el movimiento piquetero, los trabajadores aeronáuticos, los de la salud y de la educación, y tantos otros sectores agredidos y agraviados por la motosierra. Necesitamos unificar estas respuestas en un paro general y en un plan de lucha, en la perspectiva de la huelga general. Es la mejor garantía que tenemos para impedir el desarrollo de las tendencias derechistas y fascistizantes que engendra la crisis capitalista. En cambio, una política de concesiones y de adaptación no hará más que fortalecer a la bestia.
El planteo de “Fuera Milei” del Partido Obrero apunta a producir un reagrupamiento de lucha contra el gobierno. El sábado 9, este planteo será desenvuelto en un gran acto en Parque Lezama.