Políticas
27/9/2021
Cristina Kirchner “interviene” el gabinete bonaerense
Un Manzur en el gobierno de Kicillof.
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El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, presentó al nuevo gabinete provincial para “revertir” la derrota del Frente de Todos, un desplome electoral que abarca a todas las alas del peronismo bonaerense con una caída de 18 puntos con respecto a la presidencial del 2019, la pérdida del oficialismo en siete de las ocho secciones electorales y un retroceso muy fuerte de los votos en la tercera sección electoral.
Los cambios, y la incorporación de los intendentes en ministerios y secretarías claves del gobierno de Kicillof, fueron orden directa de Cristina Kirchner -previa citación del gobernador a Calafate- y después de que el “Kici” fallara en la ratificación del gabinete. Del cónclave en La Plata participaron el designado jefe de Gabinete, Martín Insaurralde; el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos, Leonardo Nardini; y la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez. Una pejotización a las patadas que en buena medida condiciona a Kicillof y a los candidatos del Frente de Todos a un Partido Justicialista “desmotivado” por el manejo de la lapicera, “propiedad” de la vicepresidenta; y golpeado en el aparato de punteros por la “billetera” enflaquecida. Kicillof está quemando el cambio de fusibles en el gabinete si, como es de esperar, el gobierno vuelve a perder en la provincia el 14 de noviembre.
Insaurralde jefe de gabinete
La presentación de “la unidad del peronismo” contó con la presencia de los intendentes de Ituzaingó, San Martín, Almirante Brown, La Matanza, Florencio Varela y Ensenada, y Ariel Sujarchuk, jefe comunal de Escobar, a quien muchos dan “en tránsito” y negociando bajo cuerda con Santilli. El nuevo gabinete en funciones coincide con la difusión de los datos oficiales sobre la desocupación en la provincia, que dan cuenta de un porcentaje superior a la media nacional y no contemplan a quienes dejaron de buscar trabajo. Tampoco registra las changas precarias y de indigencia que se camuflan como trabajo ocupado. El “relanzamiento” fue además presentado como el puntapié de la reactivación productiva en la pospandemia. La derrota del Frente de Todos, que tiene en su haber el desempleo -masivo especialmente en la juventud- alienta la “autoconvocatoria” de los intendentes peronistas, y quiebra la cadena de mando.
La asunción del “Manzur” lomense está en línea con el “golpe palaciego” de Cristina y el curso derechista del peronismo. Que haya rodado la cabeza de Carlos Bianco, alter ego del gobernador, pega en la línea de flotación de Kicillof. El ingreso de Insaurralde como jefe de gabinete apuesta a encauzar el pacto entre La Cámpora y Sergio Massa contra las aspiraciones políticas de Kicillof. Un salto en la crisis política del kirchnerismo que necesita de Insaurralde y de los barones para sustentar la jefatura de Máximo Kirchner al frente del PJ bonaerense, en un barajar y dar de nuevo después del derrumbe en las Paso. Un objetivo incierto porque fueron los intendentes y el pejotismo los que bloquearon la asunción inmediata de Máximo como titular del Partido Justicialista de la provincia hasta después de las elecciones. Una nueva derrota en la “madre de las batallas” compromete directamente al jefe de la Cámpora, Máximo Kirchner.
Jefatura de gabinete bicéfala, loteo y ajuste fiscal
Retrucando a Martín Insaurralde, Kicillof le inventó al desplazado Carlos Bianco, ahora jefe de asesores, una estructura ministerial millonaria con funcionarios y empleados, una “jefatura de gabinete” paralela de Kicillof que preanuncia nuevas fracturas en el gobierno de “unidad”. Este desembarco de los intendentes viene preñado con la disputa por la distribución de los fondos municipales y el reparto de las partidas en el Presupuesto 2022. Golpeados por la derrota, los jefes comunales del Frente de Todos le endilgan al gobernador haberlos dejado tirados, y vuelven a la carga contra la ley 14.836 que prohíbe las reelecciones por más de dos períodos consecutivos. El “loteo” del gabinete es no sólo una imposición de Cristina sino también de los intendentes para intentar sortear las restricciones legales a la reelección y la continuidad de sus mandatos.
Kicillof, quien dejó de hablar de “la vida que queremos”, promete una medida por día para recuperar el voto popular perdido. Sin embargo, el nuevo gabinete debutó con un arrugue del Frente de Todos ante Cambiemos. Después de haberle prometido a los alcaldes peronistas la descentralización de los Juegos Bonaerenses para llevarlos a los distritos como vitrina electoral, la Subsecretaría de Deportes reculó y los “Juegos” volverán a realizarse en Mar del Plata, el municipio de General Pueyrredón que gobierna Cambiemos. Un hecho no menor porque los Juegos Bonaerenses coinciden en el tiempo con las elecciones generales de noviembre.
El Frente de Todos pone el acento en la alta franja de bonaerenses que no fueron a votar para disimular que son varios los intendentes peronistas que se anotaron entre los “ganadores” induciendo el corte de boleta para despegarse de la perdedora “Victoria” Tolosa Paz. De acentuarse esta tendencia -el renunciado exministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, declaró que hablar de una reversión electoral en 60 días es subestimar a los votantes- el “loteo” del gobierno puede terminar con una estampida y un sálvese quien pueda. El reclamo de la “platita en el bolsillo” y las críticas al “ministro amarrete” tienen el límite insalvable del ajuste fiscal del FMI y el pago de la deuda bonaerense a los bonistas buitres. Kicillof necesita de los votos de Cambiemos en la Legislatura , y sabe bien que los jefes comunales de Juntos van a exigirle el envío de los fondos frescos a los municipios propios para la aprobación del presupuesto provincial.
El Ministerio de “Seguridad” también quedó en la mira por el trabajo de zapa que hizo Sergio Berni al gobierno de Alberto Fernández. Los elogios del represor de Guernica al retornado Aníbal Fernández no van a cancelar los choques de aparatos entre los aparatos de seguridad y la mafia policial. Berni quedó muy pegado a la debacle electoral y devaluado porque le bajaron la lista en la segunda sección electoral. Como el cazador, cazado, los “barones” le exigen a Berni una agenda de “seguridad” para competir por derecha con Santilli-Manes, y que se deje de hacer política de la mano de la Bonaerense. La campaña por el Fuera Berni, y contra la impunidad, es un eje muy importante del Frente de Izquierda Unidad en defensa de los derechos de movilización de los trabajadores y la juventud contra el ajuste.
Los desafíos del Frente de Izquierda Unidad
Todos los medios registraron el progreso electoral del Frente de Izquierda Unidad como tercera fuerza y el crecimiento de la votación en el Gran Buenos, que posibilita la conquista de concejalías en varios municipios bonaerenses. La movilización político electoral del Partido Obrero y el Polo Obrero -y la organización militante de la fiscalización masiva del voto al FIT Unidad para enfrentar los fraudes del Frente de Todos y los bloques patronales- se integra a la lucha política estratégica por la estructuración de la vanguardia y el clasismo con independencia del nacionalismo burgués, y por una salida de los trabajadores. La política ajustadora y fondomonetarista del peronismo choca con los reclamos urgentes de las masas por pan, trabajo y vivienda, y refuerza la necesidad de una gran agitación política y electoral del Frente de Izquierda Unidad en la batalla por la conquista de las bancas en el Congreso, la Legislatura y los Concejos Deliberantes.
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