Políticas

29/9/2011|1196

Cristina, la palestina

El discurso de Cristina Kirchner en la ONU, en apoyo a la declaración de independencia de un Estado palestino, fue saludado con una movilización ‘antiimperialista’ de sus adictos en Buenos Aires. Más allá del carácter vacío de esa independencia y del apoyo de Argentina, es necesario recordar que los gobiernos del Mercosur tienen un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Israel, el cual privilegia las exportaciones de Israel y penaliza de hecho a las palestinas en rubros comerciales similares. Brasil, por su lado, tiene un acuerdo militar con Israel, que le ha permitido comprar aviones espías de ese país y adquirir tecnología militar sensible. Argentina, en algunos casos a través de Aerolíneas, se ha involucrado en negocios con el Estado israelí, por ejemplo, en la reparación de aviones. Nada de esto se dijo en la movilización de los ‘piqueteros’ K. Tampoco que el aceite de oliva que se puede adquirir a los colonos israelíes proviene de la expulsión y saqueo de los campesinos palestinos que sólo pueden exportar a través de Jordania. Definitivamente, la impostura de Rousseff y Cristina Kirchner no podría ser mayor.

Otro dato novedoso, superficialmente irrelevante, tiene que ver con el empresario de medios oficialista, Sergio Spolszky, quien acaba de adquirir los derechos argentinos para la publicación de la revista Forbes. Esta revista representa al ala más reaccionaria del Partido Republicano. ¿Cuál es la relación entre este empresario “progresista” -impulsor del “periodismo militante”- y el sector más ultra de la derecha norteamericana? La respuesta, simplemente, es: el sionismo. Los lazos entre el gobierno kirchnerista y el lobby sionista se traducen en la preponderancia que Spolszky obtiene a la hora de recibir beneficios oficiales, mal que le pese a D’Elía.