A solo unos días del 46° aniversario del golpe cívico-militar, la vicepresidenta Cristina Kirchner fue aceptada como querellante en la causa que investiga los incidentes en el Congreso, cuando se votaba el pacto con el FMI en Diputados. El kirchnerismo persigue judicialmente al activismo que lucha contra el Fondo Monetario.

La vicepresidenta viene impulsando una campaña con el propósito de identificar los incidentes durante la sesión del Congreso con un ataque digitado y orquestado contra su persona: algo que se ha demostrado inverosímil por los hechos y las propias pesquisas policiales.

A pesar de esto, la líder del kirchnerismo se ha presentado como querellante en la causa federal que investiga los hechos, con un escrito que encuadra los incidentes en el marco de delitos como daño agravado, intimidación pública y tentativa de lesiones: un claro propósito de correr el eje de la jornada y judicializar la protesta social.

Como consta en las pericias realizadas por la Policía Científica de la Policía Federal “se exponen daños desde la planta baja hasta el segundo piso del edificio del Congreso, mostrando una mayor amplitud de daños”, demostrándose que no se trató de un ataque direccionado contra la vicepresidenta, teoría que incluso carece de motivación alguna.

Luego de la demagogia realizada con el voto negativo de su fuerza política al acuerdo con el FMI –tras allanar el camino para que dicho acuerdo se produjera-, Cristina ahora redobla la ofensiva contra los militantes y manifestantes que sí se expresaron activamente para derrotar este pacto ruinoso.

Faltando unos pocos días para un nuevo aniversario del 24 de Marzo, fecha que no solo da cuenta del aniversario del golpe de Estado sino que se identifica con una profundización de la entrega económica al imperialismo norteamericano y al FMI, con sucesivos prestamos irregulares y un ensanchamiento de la deuda externa, que pasó de 7.000 millones a 45.000 millones de dólares, la vicepresidenta lidera la persecución contra el activismo que lucha en las calles contra esta nueva ofensiva.

Más allá del intercambio epistolar entre albertistas y kirchneristas, los desplantes en el Congreso y el distanciamiento del binomio presidencial, Cristina es consciente de su rol en este rollo, acudiendo, sin que nadie pida por ella, a la querella de una causa que busca condenar a varios manifestantes, para difundir un mensaje aleccionador a la población.

A kirchneristas y albertistas los unen los compromisos con el statu quo, el FMI y el imperialismo norteamericano. Este 24 de Marzo profundicemos la movilización independiente, contra la impunidad de ayer y de hoy, basta de perseguir a los luchadores, por la libertad de todos los detenidos en los incidentes del Congreso; fuera el FMI y el imperialismo; no al pago de la usurera e ilegítima deuda externa.

Solo el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia y la izquierda, con el Partido Obrero y el FIT-U, expresan esta orientación independiente y de lucha.

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