Políticas

27/12/2002|786

Cuadro de situación

El gobierno provincial habría logrado diferir, momentáneamente, la crisis política abierta por la denuncia pública de coima a un legislador de la provincia. Una cámara oculta registró el ofrecimiento por parte del gobernador Sobisch de un préstamo a un diputado provincial -ex Alianza, ahora López Murphy-, en un intento de ampliar el control sobre las designaciones del Poder Judicial.


La crisis ha quedado confinada a los tribunales y el juez que se ha hecho cargo de la causa puede ser recusado por el gobierno lo cual inmovilizaría el proceso hasta febrero o marzo.


La oposición, nucleada en la Multisectorial convocada por la Cta, y la oposición en la Legislatura (Ucr, Ari, figuras del centroizquierda) plantean el juicio político al gobernador, a sabiendas de que la propuesta no tiene posibilidades de pasar en la Legislatura. La burocracia peronista, unida por mil lazos al MPN, defiende al gobernador.


Hace un mes, en Centenario, una localidad a 15 kilómetros de Neuquén y de casi 30.000 habitantes, una coima similar había producido un levantamiento popular.


Una movilización masiva de Asambleas Populares, al grito de “Que se vayan todos” logró la destitución provisoria del intendente (MPN), jefe de una mafia que atemorizaba a la población y robaba los fondos públicos. Las denuncias involucraron al gobierno: el Ministerio de Desarrollo Social apareció implicado en el otorgamiento de 2.000 pesos por mes a individuos encargados de hacer política y “coordinar” a los desocupados. Pero aunque la movilización barrió con el intendente, la misma oposición legislativa dejó el cargo en manos de otro funcionario del MPN, y la crisis, por el momento, refluyó.


De acuerdo al diario Río Negro (26/12), “en la última década, de una Legislatura fracturada en dos, la oposición tuvo más de una oportunidad para arrancarle al oficialismo del MPN la convocatoria a una sesión con la seguridad de tener los votos para torcerle el brazo al gobierno. Pero nunca se animó, porque, como ahora se ve, ello significaba quemar las naves”.


 


Una crisis de conjunto


Centenario, anticipadamente, descorrió el velo de una crisis de conjunto.


Neuquén es una provincia saqueada por las petroleras, las contratistas de la construcción y un enjambre de Pymes y caudillos con los que el oficialismo arma su dominio político. Sobisch es un declarado lobbista de las petroleras, a las cuales concedió la prórroga de la concesión del yacimiento de gas más importante del país (Loma de la Lata). El presupuesto del 2003 plantea un incremento del 70% en obra pública (170 millones de pesos) que será administrado por la “patria contratista” y un presupuesto generoso para el Iadep (Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo), una virtual caja negra del gobierno en beneficio de empresarios amigos.


Esta es la base social del gobierno del MPN y de su planteo de regionalización de la Patagonia.


La otra cara de esta realidad es que, en una provincia que recibe casi 1.000 millones de pesos en regalías petrolíferas e hidroelécticas, la desocupación y la pobreza han crecido de manera vertiginosa. En Neuquén y Plottier, el virtual casco urbano de la capital, la desocupación plena afecta al 18% de la población y otro 12% está subocupado, más de un 50 % de la población está bajo la línea de pobreza.


Esta es la base de las tendencias a la rebelión popular que han jaqueado al régimen de camarilla. Casi en paralelo con la crisis política de Centenario, un corte de ruta de los trabajadores desocupados de San Martín de los Andes arrancó a la Intendencia un compromiso de trabajo en obras públicas por 400 pesos, contra los 150 (plan Jefes y Jefas) que le ofrecían. De cara a la crisis y frente a las tendencias a una recomposición de la lucha docente, el gobernador ha ofrecido la derogación del nuevo plan educativo (que impone, entre otros puntos, la figura del “voluntariado solidario”). En Neuquén se asiste a un crecimiento sostenido de las organizaciones piqueteras. Neuquén es, finalmente, la provincia en la que los trabajadores de Zanón y los piqueteros han logrado defender la ocupación durante más de un año.


 


¿Qué salida?


En las (dos) movilizaciones convocadas por la Multisectorial se planteó una divisoria de aguas. Los partidos aliados a la dirección de la Cta plantean el juicio político; un conjunto de organizaciones (Polo Obrero, Barrios de Pie, Movimiento de Trabajadores Desocupados, Aten Capital. Aten Plottier, Ate Rama Salud) plantea “Fuera Sobisch, que se vayan todos”. El diario Río Negro puntualiza la existencia de dos estrategias frente a la crisis política. El 20, en una marcha de más de 1.500 manifestantes al Puente (la Cta juntó un tercio de esta cifra), una gran bandera del Polo Obrero resaltaba la consigna “Que se vayan todos, Asamblea Constituyente con poder”.


Está planteado el cacerolazo y el paro activo y un plan de lucha para “que se vayan todos” y por transformaciones inmediatas: duplicación de las regalías bajo control de comités de trabajadores electos, censo social para organizar el reparto de las horas de trabajo, 800 pesos de mínimo en toda la provincia, control obrero del sistema de salud y de transporte -tareas que debe abordar una Constituyente convocada por el pueblo en lucha.


Está planteado organizar la elección masiva de delegados en barrios y establecimientos y convocar una Asamblea Provincial de Trabajadores para resolver un programa y un plan de lucha frente a la crisis