Políticas

15/11/2002|729

De dónde venimos y adónde vamos

Desde la implementación de la ley 24.241 (Menem-Cavallo), en julio de 1994, las cajas de jubilaciones han sido centralizadas en la Administración Nacional de la Seguridad Social. En su momento hubo importantes luchas de los trabajadores para evitar la transferencia y la pérdida de las conquistas y de las condiciones de jubilación existentes hasta ese entonces.


Con esta ley, que crea las AFJP-bancos, el sistema estatal tuvo una pérdida calculada en 3.000 millones de pesos anuales, que en vez de estar destinados a una jubilación mínima de 450 pesos y una recuperación y mejora de las asignaciones familiares y subsidio por desempleo, han sido desviados a la especulación. Hoy son prestados a la Nación a tasas usurarias, para pagar una deuda externa que ningún trabajador contrajo.


InterUdai


Ahora bien, al ingresar cada caja a la Anses, lo hizo con su propio gremio. Hoy hay cuatro: Apops, gremio específico previsional, con 1.200 afiliados; Upcn, también alrededor de 1.200; Secafpi (Aaff y Personal de la Industria), algo así como 400, y ATE, que en su ingreso poseía 1.200 y hoy posee alrededor de 500, con suerte.


A partir de mayo del 2000, con la reducción de salarios del 12%, los trabajadores de la Anses ganaron las calles, se autoconvocaron en asambleas permanentes y se desembarazaron de las diferencias gremiales, autoconvocándose en la InterUdai (Unidad de Atención Integral-Delegación). En una asamblea de la Udai Morón, se votó elegir dos delegados, convocar al resto de las Udai, a hacer lo mismo y llamar a una reunión, para coordinar las luchas y profundizarlas ante la entrega evidente de los sindicatos que comenzaron a depositar expectativas en un supuesto arancelamiento de los servicios que la Anses le presta a los bancos y AFJP. Esta propuesta fue repudiada por la mayoría de las asambleas, en actas firmadas. Esta InterUdai reunió a representantes de la mayoría de delegaciones del Gran Buenos Aires y Capital. Aunque no tuvo continuidad, fue atacada por los gremios y la patronal, produciendo traslados de compañeros, que luego fueron recuperados, etc.; de todos modos, quedó como un sentimiento de identificación de los compañeros y de cómo las cosas tienen que funcionar. También se efectuaron asambleas regionales, impuestas por los compañeros, ya que los gremios se oponían, en Morón, y sobre todo en Liniers, como lugar estratégico. Esta experiencia sirvió en su momento para ganar delegaciones a que garanticen los paros, como fue el del 23 y 24/11/00, donde desembocamos a éste, después de 15 días de asambleas permanentes, con las puertas cerradas, ante la amenaza de la patronal de echar a 300 compañeros.


Hoy, un grupo de compañeros, de la InterUdai, son delegados de Ate en el Gran Buenos Aires, y hay que tener en cuenta que 20 compañeros delegados de Apops, de importantes edificios de Capital y otros del interior, se han pasado a Ate, además de haber surgido la sindicalización de los compañeros contratados (contratos de locación) en esa Asociación, que en su mayoría son jóvenes y se han destacado como el grupo más dinámico en las distintas luchas. Independientemente de los gremios, el método es el de la InterUdai, confluir en la unidad para organizarnos en asambleas regionales e imponer los planes de lucha para desenvolver y desembocar en la Huelga General, único camino para derribar el “déficit cero”.


Se ha creado el Ministerio de Seguridad Social y la Bullrich se está instalando en Córdoba 720, edificio central de Anses, con sus 150 asesores para terminar con lo que queda de la jubilación las asignaciones familiares y el desempleo. Apops saluda el ingreso de la ministra, Upcn trabaja para terminar de convertirse en una gerenciadora de salud y ATE apuesta todas las fichas al Plan de Empleo y Formación. Hoy, los compañeros estamos en una aparente calma, pero estamos en las vísperas de un nuevo comienzo.