Políticas

24/3/1994|414

“De eso no se habla”

El Frente Grande tuvo un importante crecimiento de votos en las elecciones del 3 de octubre y quizá siga sumando en las próximas elecciones constituyentes, pero, con todo, el Frente Grande no es más que una gran bolsa de gatos.


La política de su dirección nacional está llevando a una crisis a sus militantes y simpatizantes que creían que el frente sería una alternativa a la política reaccio­naria de Menem; hoy empiezan a ver que su política es tan reaccionaria como cualquier otra. Una muestra de esto es lo ocurrido el día de la llegada a la isla de la diputada Fernández Meijide.


Nuestro partido había preparado un comunicado de prensa para los medios, donde repudiaba la llegada de la diputada por su complicidad con la intervención a Santiago, que no fue difundido. Pero uno de nuestros compañeros se llegó hasta la charla que se organizó para Meijide en Ushuaia. En el hotel había unas 25 personas, estaban los candidatos con sus familiares más algunos compañeros independientes. Después de la charla de la Meijide, terriblemente constitucionalista y electoralista, y ante la invitación de formularle preguntas, nuestro compañero pidió la palabra para plantear que ella no había hecho un análisis de la situación política y para preguntar cómo podían los trabajadores creer en los candidatos del Frente Grande (Meijide había insistido en la necesidad de conseguir votos para contrarrestar al poder de Menem en el Congreso) si los actuales diputados del FG votaban la intervención a Santiago.


La diputada reaccionó furiosa. A los gritos interrum­pió al compañero, que seguía preguntando sobre el proyecto de incorporar los tratados internacionales del imperialismo a nuestra Constitución. Meijide confesó a los gritos que estaba cansada de que le interrumpieran las charlas con este tipo de planteos. Se negó a debatir, diciéndole al compañero si él pensaba que ella era “una pelotuda” y “que no le Iba a contestar un carajo”. Nuestro compañero insistió en saber la posi­ción de la diputada con respecto al tema de Santiago del Estero, pero ésta se negó a seguir escuchando.


Este hecho marca un cierto grado de crisis política del FG. Por esto, es fundamental la tarea de los militantes. Hablar y discutir con los trabajadores sobre la necesidad de construir un partido verdaderamente opositor, revolucionario. Nos sobran los ejemplos para denunciar a los opositores truchos y ganarles los votos y los militantes.


Cuando la Meijide terminó de defender a Chacho Álvarez, uno de los candidatos gritó un “bien Gracie­la” y comenzó a aplaudir. Tímidamente se fueron sumando los aplausos de los candidatos y de sus familiares. Pero los candidatos del Partido Comunista, los del Socialismo Auténtico y algunos independientes escondían las manos donde podían y miraban el techo silbando bajito. El breve debate había terminado, la candidata había gritado más fuerte, pero políticamente había perdido.


La crisis era ahora unos centímetros más profunda.